Como había dicho antes, justo en el recibidor de la tienda de Procrustes encontramos la localización de los estudios de grabación El Otro Barrio. Este venía con una promoción y un mapa para poder llegar a este. Decidimos no desperdiciar un minuto más y salimos directamente hacia el lugar. Cruzamos por el bulevar Valencia hasta encontrar un rotulo de letras doradas en greigo sobre mármol negro: <<ESTUDIOS DE GRABACIÓN EL OTRO BARRIO. >> Y justamente debajo de este había una inscripción en el mismo idioma que decía: <<ABOGADOS NO, VAGABUNDS NO, VIVOS NO. >>
Era casi media noche, pero el recibidor estaba bien iluminado y lleno de gente. Tras el mostrador de seguridad había un guardia con gafas de sol, porro y aspecto de un tipo rudo. No me importó mucho y me volví hacia mis amigos.
—No olviden el plan.
— ¿Cómo poder olvidarlo?—Grover trago saliva—Me encanta el plan.
— ¿Y si el plan no funciona?—preguntó Annabeth.
—Siéndoles sincero, no llegue a planear tan a fondo pero pudo confiar en mi instinto. No hay que pensar mucho en negativo.
—No pensar en negativo, lo tengo. —se dijo esperanzado Grover.
Saqué de mi bolsillo las tres perlas que la nereida me había y les repartí las otras dos. Ya no había marcha atrás. Miré por última vez a mis amigos y noté que Annabeth me miraba de una manera un tanto preocupada. Desde que les conté sobre mis visiones, me advirtió de los peligros de un poder así. Me dijo: <<Ver el futuro y el pasado es trabajo de las Moiras y que un mortal tenga esa habilidad puede causar un mal augurio o peor. >> Obviamente trate de no dar mucha información pero me parecía estúpido tener un poder tan útil y me castiguen por tenerlo.
Al entrar al receptor, una música suave de ascensor salía de altavoces ocultos. La moqueta y las paredes eran gris acero. En las esquinas había cactos como manos esqueléticas. Todo el mobiliario era de cuero negro, y todos los asientos estaban ocupados por gente mirando a un ascensor del cual nadie se movía. Cada uno eran espectros transparentes una vez que miraba con más atención. Justo en el mostrador había un hombre, alto y negro, de porte elegante y con el pelo teñido rubio. Llevaba unas gafas de sol y un traje de seda italiana a juego con su cabello. Justo al lado de una rosa de su traje había una tarjeta de identificación.
— ¿Caronte?
Nos miró detenidamente, con una sonrisa fría y dulce. Similar al de una pitón a punto de comer.
—Y bien, ¿en qué puedo ayudarlos, pequeños muertecitos?
—Queremos ir al inframundo. —intervino Annabeth.
—Vaya niña, ere toda una novedad. Directa al grano. Nada de gritos nada de <<tiene que haber un error, señor Caronte. >> —se nos quedó mirando— ¿Y cómo murieron?
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𝐋𝐄𝐆𝐀𝐃𝐎 𝐃𝐄 𝐂𝐑𝐎𝐍𝐎𝐒: El Ladrón del Rayo
أدب الهواةÉl jamás quiso ser un mestizo. Y mucho menos ser hijo del Dios de los Mares. Percy Jackson es un chico de de 12 años que ya ha sido expulsado de seis diferentes colegios debido a sus problemas de ira y falta de comportamiento. Sin embargo, todo en s...