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Narra T/n

Las palabras distorsionadas de la oficial no logran captar mi atención, mis débiles ojos no paran de llorar, están anegados a las incontrolables lágrimas, no soporto ver todo el piso manchado en color carmesí, la alfombra llena de sangre, el cuerpo de mi hermana en una bolsa.

Me siento tan culpable, terrible, soy tan mala persona, esa frase "uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde", es el reflejo vivo de esta situación, acabo de ver a Madelaine muerta frente mío, no pude hacer nada. No recuerdo en que momento estas personas llegaron, no sé que haré ahora, una mano fría toca mi hombro descubierto, con pereza giro mi rostro.

Yo sé que esto es difícil, pero necesito saber sobre tus padres. - Me dice la mujer de pelo azabache, sus palabras están cargadas de lastima, puedo sentirlo, puedo verlo en sus ojos.

Balbuceó algunas palabras, mi garganta no desea soltar el nudo aún formado, mis ojos rojos parecen que estallaran en cualquier momento.

—Ellos están en California, solo vivía con mi hermana.

Mis palabras cambian drásticamente el rostro de la mujer, parece verse preocupada, la entiendo, yo también lo estoy, no tengo la mínima idea de cómo decirles lo que acaba de suceder. Mis ojos miran como levanta el cuerpo, la mano de esa mujer se posa en mi espalda, me están sacando de mi hogar, nos están sacando.

Fui llevada a la comisaria, muchas personas me han interrogado hasta el aburrimiento, estoy cansada, mi débil cuerpo ya no da para más, tienen la leve sospecha de que pude haber sido yo, yo era la única con la que vivía, la ultima en verla o estar con ella.

Quieren que de mi boca salga una confesión que resuelva todo esto, pero lo único que puedo decir es lo que pasó antes de que yo me fuera a la calle, no encontraron más pruebas contra mí, solo la de mi palabra, la cual para ellos es dudosa. Me tendrán en la mira mientras tanto.

Han extraído el arma, encontraron huellas, sé que no son mías, nunca toque el cuchillo, realmente no lo mire, también dudo que haya sido la misma Madelaine, la escena indica lo contrario. 

Mis dedos fríos, temblorosos y machados de rojo, sostienen un vaso pequeño de plástico, me han dado un café, tengo que esperar  los resultados, tanto de las huellas, de la autopsia y principalmente de mis padres.

Llamé a Cameron, es él único que me podría hacer compañía, tuve que prestar un celular, el mío quedó en casa, como tantas veces desee, solo quería que fuera un mal sueño, con más ganas que nunca lo deseaba.

No sé cuanto tiempo pasó, ni siquiera sé cuando llegó, permanecía sentada en la misma banca afuera de la oficina del oficial encargado de mi caso. Unas manos frías tomaron las mías, para luego envolverme en un abrazo.

T/n, mi amor - susurró la voz de Cameron, no pude evitar esconderme entre sus brazos, estaba hecha pedazos. - ¿Qué sucedió? ¿Por qué estás aquí?

Se murió, Cameron, se murió. - Dije, las lagrimas volvieron a brotar de mis ojos, a pesar de ya no tener fuerzas, mi cuerpo fue contra mi voluntad. - Es mi culpa.

Él me miró con duda, esto era difícil de procesar, parecía que no sabía como reaccionar, lo único que hizo fue abrazarme con más fuerzas, también escondió su rostro entre mi cabello. Su intento de ser comprensivo era lindo, por lo menos tenía a alguien con quien desahogarme.

Pronto una policía me avisó que podía irme, que me llamarían por la mañana, que descansará, que mis padres se estaban encargando de el proceso a distancia. Cameron me sacó de ese horrible lugar mientras me abrazaba, no quería soltarlo y él tampoco a mí.

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⏰ Última actualización: Jun 15 ⏰

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ɴᴀʀᴄᴏᴛʀᴀғɪᴄᴀɴᴛᴇ¹ | ᴬⁱᵈᵃⁿ ᴳᵃˡˡᵃᵍʰᵉʳ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora