Avance

329 53 21
                                    

La reunión transcurre con "normalidad", era bien sabido que la mayoría de personas eran fuertemente influenciadas por la apariencias y posiciones, un lugar donde no eran bienvenidos los plebeyos.

Jin ZiXuan estaba a solas con Jiang YanLi, ambos claramente incomodos, la omega sin saber qué decir y ZiXuan de igual manera, con la enorme diferencia de que él parecía estar irritado. Los hermanos Jiang, como era su costumbre vigilaban a los dos a distancia tentados a hacer un escándalo.

Los Lan permanecían en su mesa imperturbables en apariencia, QiRen bebía un té que le ofrecieron, Wangji miraba de reojo a los hermanos que tronaban sus dientes con solo ver el mal momento que pasaba su hermana y por último, XiChen perdido su propia taza llena mientras tocaba la mesa con su dedo índice siendo regañado por su tío al hacer ruido en la mesa y no tomar su bebida. XiChen se disculpa y baja las manos.

Jin GuangShan no esperaba los cortos, apresurados y a veces torpes pasos de su hijo, la multitud no lo notaba o simplemente lo ignoraba. Llega a su destino deteniéndose sin decir una palabra, pero el nerviosismo en su rostro no tranquilizaba al pequeño castaño.

— Listo querida...

Da aviso el líder con una impropia sumisión, Meng Yao sin comprender miró a los lados sin haberse percatado de la sombra que se acercó pero recibe una bofetada que llega a desequilibrarlo cayendo al suelo. Eso fue una especie de déja vu, él tirado en el suelo sosteniendo su mejilla con un iracundo ser de pie ante ellos, asustados y vulnerables. Meng Yao no evitó el odio que se apodera de su mente, apretó su puño con solo recordarlo.

— ¿¡Cómo te atreves!?

De no ser por el bullicio, el salón la hubiera escuchado. Era Madam Jin reclamando al joven que tuvo que aceptar en el palacio.

— Mi hijo ha estado comprometido por años con la heredera Jiang... y tú, en un solo día ya estas en boca de todos y con uno de los mejores cultivadores... ¡Inaceptable!

Volvió a dar otra bofetada, esta vez en la misma mejilla que tenía la cortada. Jin GuangShan se había retirado, ya no tenía ningún otro motivo para estar presente, pero lo que no esperó fue ser interceptado por Lan XiChen al estar por llegar con una damisela de compañía, el alfa lo cuestionó por verlo sin su hijo, se miraba preocupado, por lo que GuangShan lo tuvo que alejar de dónde estaba su esposa con Meng Yao con una pobre excusa.

Madam Jin continuaba reclamando al adolescente, quien no dejaba de sentir lástima por esa clase de mujer, tanto dañaba a una pobre de mente no ser motivo de discusión; a diferencia de ellos, quienes tuvieron que pasar por hambre y su madre incluso por violaciones, le enfermaba esa clase de mentalidad.

Ella tuvo suficiente al tomar un respiro arreglando al mismo tiempo su cabello. No se trató de un simple reclamo por cargar esa mancha, ser la esposa de la familia cargando con los bastardos de su esposo, se trató también de desquitar con el más vulnerable.

Meng Yao se levanta tocando su mejilla hinchada. Lo segundo en hacer fue buscar un espejo o algo que reflejara para poder salir sin llamar la atención y también... sin preocupar a Lan XiChen. Ese pensamiento lo atrasó en su regreso, ¿por qué debería de importarle lo que un alpha piense? O ¿cómo reaccionaría al verlo en ese estado? Se responde casi al instante recordando su compromiso, seguía con ese objetivo.

Fue difícil no ser el centro de miradas, pues estaba en boca de muchos, y ahora solo con la mirada baja, sus mechones ocultaban sus mejillas aunque no completamente, si tardaba más podría quedar mal con los Lan.

Encuentra la mesa, su lugar seguía libre y toma asiento siendo la sorpresa de los Lan, solo rogaba porque no le preguntaran por su cara, sin embargo, XiChen habló.

Un amor imperialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora