Paralelismos

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Wen Qing junto a su hermano permaneció imperturbable mientras miraba el carruaje alejarse. Miles de doncellas en el reino, y ella era una de las escasas que no anhelaba estar junto a un hombre, simplemente, tenía su cabeza en otro lado y su tío la presionaba para ser la más reconocida curandera del imperio.

Cuando los Lan se retiraron, un discípulo les indicó que los siguieran para mantener bajo observación al prometido del heredero.

QiRen llamó a sus sobrinos, WangJi acudió y XiChen, con toda la pena tuvo que rogar el perdón de su prometido, pero el castaño alcanza a ver a Wen Qing acercándose, así que con una sonrisa calma a XiChen.

— Descuida, estaré con la doctora Wen en la espera de tu disposición. — Comunica el omega. XiChen, con un ligero rubor, y a escondidas de su tío, estira la mano de su pareja y la da un beso en el torso prometiendo que no tardará.
Meng Yao en verdad parecía estar enamorado, sus ojos como un imán de su alpha y su pecho latiente en su cercanía, pero también disfrutaba de otras compañías. Este voltea encontrándose con los hermanos Wen y otro par de discípulos.

— Joven Yao, sabemos que debe estar en un momento complicado, pero es momento de su revisión matutina. — Anuncia uno de los discípulos.

El castaño baja a medias sus párpados, estar en un lugar desconocido sin su hermano, andar solo no era algo nuevo para él, pero en el momento en el que establece lazos con un familiar, el destino los aleja, pero no sería por mucho. Exhala ligeramente por la nariz sin borrar su sonrisa y asiente a los discípulos.

De regreso en su dormitorio, el castaño se sienta y comienza a aflojar sus túnicas, los discípulos Lan resguarda la entrada mientras los Wen observan al castaño. Expuso su pecho y parte de su abdomen, que estaba rodeado por un vendaje.

Meng Yao notó el silencio de Wen Qing mientras desenvolvía su abdomen, era completamente diferente a las veces anteriores, donde lo miraba frecuentemente y hacía un poco de platica, entonces el omega dedujo que pudo haber sido afectada por el regreso de los herederos.

— ¿Señorita Qing? — Llamó el castaño, la mencionada descubre la cicatriz pero antes de revisarlo levanta la mirada al menor. — ¿También extrañas a los Jiang? — Preguntó más que con curiosidad, con intención de averiguar algo.

Wen Qing abrió más sus ojos y boca pero no dijo nada.

— Jaja, a pesar de las travesuras del joven WuXian y las peleas entre hermanos, es demasiado silencioso Gusu sin ellos. — Voltea a la entrada del dormitorio, el joven quería distraerse y no ver su herida, y de paso, descubrir si la joven Wen tuvo interés en alguno de sus invitados.

La joven no sabía qué contestar, no era dulce y comprensiva como la señorita YanLi y no podía seguirle la plática como una simple sirvienta dando respuestas simples y cortantes. Bajó la mirada, no podía admitir que sentía algo romántico por Jiang Cheng porque sería mentira, ella no se enamoraba en un día, eso le parecía ridículo, pero admitía que era apuesto y un gran chico, pero necesitaba tiempo, y más que eso, por supuesto que Wen RuoHan no lo celebraría como lo están haciendo los Lan, debido a esto, limitó sus expresiones.

— Quizás los Lan estén más tranquilos. — Respondió, pero antes de que mal interpretara su respuesta continuó. — Quiero decir, los Lan parece que están arraigados a sus costumbres, podría ser que para ellos fue difícil de controlar. — Eso despertó una nueva duda en el castaño, arrugó un poco el entrecejo, pero Wen Qing tampoco quería desanimarlo. — Pero no pasó nada malo, de hecho me sorprendió que el líder Lan accediera a repetirlo.

Meng Yao bufó formando una media sonrisa, esperaba que así fuera, pero creía que al menos, el amor de Lan Xichen era genuino y tan fuerte como para protegerlo de algún inconveniente en su clan.

Un amor imperialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora