acto i; parte vi

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acto i; parte vi

LLAMANTES

A LA TARDE SIGUIENTE, MIENTRAS EL SOL SE COLABA POR LA VENTANA Y LES BESABA LA PIEL, Maisie se sentó en el salón de Sutherland junto a Maude, Montague y Maxwell

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A LA TARDE SIGUIENTE, MIENTRAS EL SOL SE COLABA POR LA VENTANA Y LES BESABA LA PIEL, Maisie se sentó en el salón de Sutherland junto a Maude, Montague y Maxwell. No había ninguna razón para que el hijo menor estuviera sentado en el salón a la hora actual, pero por la forma en que constantemente revisaba su reloj de bolsillo cada pocos minutos, ella sabía que estaba esperando algo con impaciencia. Fuera lo que fuera, sin duda no era asunto suyo. Maisie se preguntó si tendría algo que ver con la hija del cocinero.

Todavía estaba sorprendida con la información que Mildred soltó la otra noche de que Maxwell estaba enamorado de una hija del personal de la casa. A decir verdad, a ella no le molestaba su amor prohibido. Mientras él fuera feliz y saludable, Maisie no veía ningún problema en que su hermano se enamorara de Dorothy. Sin embargo, los miembros de la alta sociedad no tomarían la relación a la ligera y evitarían a Maxwell, pero lo peor recaería sobre los hombros de Dorothy. La pareja estaba jugando un juego peligroso. Si lady Sutherland se enteraba, no solo no estaría muy impresionada con su hijo, sino que se desataría el infierno. Oh, Maisie esperaba que Mildred pudiera abstenerse de contárselo a alguien más.

Una atmósfera monótona envolvía el salón Sutherland. Los cuatro hermanos se sentaron en un estado de silencio. Montague hojeó el papel mientras Maude se ocupa de la costura. Maxwell miró fijamente el retrato familiar en la pared detrás de la cabeza de Montague. Los colores monótonos de la pintura al óleo y el espíritu mediocre de los hermanos Sutherland contrastaban con el papel tapiz floral verde y los otros retratos esparcidos por la casa. Los seis hermanos estaban pintados con sonrisas sombrías y ojos hundidos como si les hubieran drenado toda la vida. Maisie tenía casi catorce años cuando le encargaron el retrato. La hinchazón de sus mejillas –que perdió un año después– y su apariencia juvenil, provocaron que una oleada de nostalgia le doliera el corazón y atormentara sus pensamientos. Oh, cómo desearía poder escapar de su realidad actual y volver a su juventud. Porque, cuando era joven y estaba sujeta a ingenuidades, Maisie soñaba con casarse por amor, solo se casaría por amor.

Sin embargo, ese ya no era un deseo sensato.

Su futuro matrimonio sería producto de una estrategia por parte de su madre. La felicidad de Maisie no se consideró en la decisión.

Si había algo que esperaba, Maisie esperaba que el marqués de Lansdowne no la visitara. Y, hasta el momento, ella era bastante optimista. Han pasado tres horas y las hermanas Sutherland aún no han recibido una sola llamada. Había peores caballeros que el marqués, que ciertamente era bastante guapo, pero Maisie no podía imaginar vivir el resto de su vida junto a él. Solo había conocido al hombre una vez y en ese primer encuentro, deseaba que fuera el último.

SUTHERLAND -TRADUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora