acto iii; parte i

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acto iii; parte i

SIN ATAR

MARGARET SUTHERLAND SE SENTÍA AMORTIGUADA

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MARGARET SUTHERLAND SE SENTÍA AMORTIGUADA.

Se sintió entumecida cuando Montague la apartó de Colin con tanta fuerza que cayó al suelo, su mejilla tropezó con el exuberante terreno y una roca le cortó la mejilla. La sangre brotó de la herida superficial, goteando por su mejilla y cayendo hasta la pechera de su vestido. Se sintió aturdida cuando el agarre de Montague se tensó sobre su bíceps, seguro de dejarle magulladuras retorcidas, y la condujo por el largo camino alrededor de la residencia de Sculthorpe por temor a que alguien se diera cuenta del escándalo. Se sintió aturdida cuando Colin los persiguió y agarró a su hermano, ordenándole a Montague que la dejara ir, gritando que su fuerte agarre la estaba lastimando, que la amaba más de lo que las estrellas podrían entender. Él declaró sus deseos de casarse con ella.

Maisie se sintió aturdida cuando Colin le declaró su amor y Montague se rió en su cara. Era el tipo de risa maníaca que helaba los huesos. Nunca antes había escuchado a su hermano tan cruel y despiadado. Pero ahora no tenía motivos para ser amable, porque ella cometió una traición a su propia sangre.

No quería nada más que hablar, luchar por lo que quería. Pero las palabras que habría dicho, que quería decir, nunca vocalizaron. Quedaron atrapados en su garganta, una bola gruesa que no se desalojó, que no podía tragar. La bola se hizo más gruesa y las lágrimas le picaron en los ojos y todo lo que quería hacer era gritar. Pero no lo hizo, ella no pudo. Había tantos pensamientos dando vueltas en su mente, cada uno más desgarrador que el anterior, que no podía liberarse del bucle interminable de oscuridad. Montague siguió tirando y Colin siguió rogando y Maisie permaneció en silencio, permitiendo que el mundo la tratara mal.

Nada importaba ahora.

Estaba sintiendo tanto, tristeza, desdén, desesperanza, que no podía procesar cómo se sentía en absoluto. Maisie estaba sintiendo tanto, sentía como si no sintiera nada en absoluto.

Margaret Sutherland se sintió vacía.

Perdida.

Desde el viaje en carruaje a casa, en el que Montague la reprendió todo el camino, hasta cuando la arrastró por las escaleras y la obligó a entrar en su dormitorio, Maisie se movía a través de los movimientos. Ella no estaba presente, en lugar de estar aprisionada por el mar de oscuridad en el que se estaba ahogando, sin intentar sacar la cabeza del agua. No podía decir cuánto tiempo había pasado o si el tiempo estaba pasando en absoluto. Los segundos se fundieron en un charco de nada. Porque ella estaba desesperada y el tiempo era irrelevante en un mundo sin esperanza.

Se terminó. Su familia nunca les permitiría casarse.

Su destino había sido sellado.

SUTHERLAND -TRADUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora