Dentro de mi y dentro de ti

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La mañana siguiente fue una tortura, apenas pudieron hablarse, la tensión ya había llegado al limite y se sentían avergonzados por eso.

- Stephen... el día está muy... aburrido. ¿Quieres que salgamos... o algo?.- le dijo nerviosa intentando romper el hielo y señalando la ventana con su dedo pulgar.

- Hace bastante frío.-respondió cortante haciendo que ella se sintiera incomoda.

- Aah está bien, saldré sola, me siento un poco encerrada quiero tomar aire y no te preocupes también sé hacerme invisible, nos vemos más tarde.- Le dijo pareciendo muy decidida y tranquila, como si su compañía diera igual.

- No. No vayas sola.- tomó en seguida su bufanda roja y se paró al lado de la puerta.

- Me gusta esa bufanda, te ves guapo.- sonrió.

-Bueno a mi... me gusta tu gorra, se ve muy confortable supongo.- se la quitó y le desordeno el pelo.- pero me gusta mas ver tu cabeza de zanahoria.

Ella se sentía muy bien cuando el rozaba cualquier parte de su cuerpo, era eléctrico.

Salieron y caminaron al centro de Nueva York, ya estaba oscureciendo y las luces del times square cada vez se hacían más brillantes. Se sentían como transeúntes normales caminando por las heladas calles, en uno de sus pasos, el hielo hizo resbalar a Wanda, Strange rio a carcajadas

-JAJAJAJA, la poderosa bruja escarlata ahora está en el piso.

- Eres un imbecil Stephen, podrías ser un caballero y auxiliarme, pero no, prefieres burlarte.- se rio también.

El volteó los ojos y le tomó la mano, luego la tomo de la cintura y quedaron frente a frente, la magia que recorría sus cuerpos los incitaba a besarse, Wanda evitó eso y lo empujó al suelo "¡MIERDA! Wanda maximoff estas muerta" la tomó del brazo y la hizo caer sobre el.

-¡Stephen! ¿Me quieres coger aquí en la calle o que?.- rio fuerte aparentemente "bromeando"

- En cualquier parte...- se miraron unos segundos y se acercó para intentar besarla, pero antes de llegar a sus labios quitó la cara.

- ¡Hijo de...!.- Lo golpeo en el pecho.- no te ilusiones, doctorcito, solo te estaba probando.

-Si claro... Ahora, ¿puedes dejar de cabalgarme? Me estoy congelando la espalda.

-Eres un cerdo.- se levanto bruscamente aún sonriendo nerviosa.

Volvieron a su "hogar" bromeando y hablando fluidamente como siempre, se sentían felices cuando estaban juntos, era una lastima que no pudieran ser seres comunes y corrientes y ser una pareja libre.

Ya había caído la noche, el insomnio era bilateral y ya no podían dejar de pensarse. No solo de una forma sexual, se querían. A pesar de ser invierno sus cuerpos estaban muy calientes como siempre. "dios, si me ha hechizado lo perdonaría mil veces si me hiciera suya" pensó ella.
Se levantó rápidamente de la cama y se dirigió al cuarto de stephen, totalmente decidida.

-Doctor Strange.- Dijo en tono de saludo. El ya estaba despierto y ni si quiera le preguntó que hacía ahí. Solo se paró de la cama, la miro con resignación, y le dijo como si suplicara.

- Wanda ven acá, terminemos con esto.

La bruja no lo pensó ni una sola vez y se abalanzó sobre el, mientras el la tomo en brazos y ella lo enredo con sus piernas sintiendo toda su erección, el beso que estaba destinado a ser, fue el beso más desesperado que se puede tener. El solo roce de su entrepierna con el sexo del doctor, casi la lleva al orgasmo. La golpeó contra la pared, y siguieron los besos, en la cara, el cuello y por supuesto sus mojados labios. ¨quítate la ropa¨ susurró Wanda en la mente de Strange. ¨Quitamela tú¨ pensó él de vuelta. Bastó con un simple movimiento de una de sus manos, para hacer desaparecer lo unico que llevaba puesto, su ropa interior y luego la de ella misma. Pudieron sentir sus calurosas partes intimas, la extrema humedad de ella y la dureza de el. ¨Esto es la gloria¨ pensaba Wanda, era su primera vez, pero lo ultimo que tenía era miedo. Se desapegaron de la pared y la arrojó boca arriba en la cama. Recorrió su cuerpo, besando sus senos, su abdomen, sus piernas, y la parte que dejó a la bruja completamente bajo el éxtasis. Volvía a hablarle a través de su mente y le rogaba que la penetrara, el doctor no dudó en hacerle caso, y entro en ella suavemente , pero al darse cuenta que era la primera vez de Wanda, tuvo que hacerlo con fuerza y llegar profundo. Ella gritó de dolor.

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