Dos opuestos, enemigos naturales, como la luz y la oscuridad, se embarcan en una misión fatal para el universo, juntos y separados mientras luchan contra sus sentimientos. La bruja escarlata, destinada a destruir y generar el caos, y el hechicero S...
" Ese día el destino me arrancó a sangre fria el corazón, compasivamente me lo devolvió destruido, pero solo a la mitad, la otra murió, y ese fragmento no lo tendría si no fuera porque ellos lo necesitaban, mis hijos. Cada vez que cierro los ojos me veo reflejada en los suyos, turquesa, cristalinos y risueños. No hay un solo día en el que no piense en el y ninguna noche en que no lo sueñe, sus brazos siguen estando ahí para mi, vivimos en un lugar en mi cabeza, donde todavía puedo sentir su calor. No hay pesadilla que el no pueda transformar en un escenario de paz y calma. Mi parte favorita es cuando cae el sol, sé que se acerca el momento de reencontrarnos. Las mañanas son la parte más triste. En este bucle infinito de mi vida, espero más que salga la luna y caiga la oscuridad, que ver salir los primeros rayos de luz del día. La noche es mi consuelo, mi mente es todo lo que tengo de el y no me queda más que aceptar que ese esa es nuestra única realidad. La noche en que no vuelva a pasear por acá, será porque yo estaré gozando la dulce muerte junto a el."
Wanda Maximoff de la tierra número 1, relataba con lúgubre serenidad como es que el hombre de su vida había fallecido y como había sido su vida desde entonces, con la que hubiese acabado si no fuera por su único motor, el amor de sus pequeños. Esta parece ser una razón más que suficiente como para ser feliz, pero quien ame como ella lo hizo, puede relatar lo difícil que es tener razones apenas suficientes para solo existir.
La bruja y el hechicero escuchaban atentamente sus palabras, sentían que aprendían algo parte de su biografía, al final, ellos también se amaban, pudo ser su historia, si hubiesen sido personas comunes.
- Wanda... es hora de irnos.- dijo Strange saliendo del trance en el que estaba imaginando esa vida.- debemos volver.
-¿Que? No Stephen.- le respondió violentamente
-Wanda vámonos, ya... ya fue suficiente, no tenemos nada más que hacer acá.- la tomó de la mano rápidamente, lo que lo hizo sentir un escalofrío nuevamente, pero esta vez le generó un nudo en la garganta.- Maximoff, debemos regresar ya.- le habló despacio para no desatar su furia.
- Bueno, nosotros no tenemos problemas en que se queden ¿verdad niños?.- dijo Wanda 2 mirando a los chicos haciendolos asentir con la cabeza. Se notaba que deseaba retener a Strange con ella un rato más.
- No podemos, es peligroso, lamento mucho haber irrumpido así en su hogar. No sé como son las políticas de esta tierra pero les aconsejo que no hagan público esto. Por favor.
- Claro... nadie nos creería de todas formas.- respondió ella.
- Papá... digo, Doctor Strange.- carraspeo nervioso Billy- volverán a visitarnos
- No lo creo cariño.- dijo La bruja comenzando a llorar, lo que hizo llorar a la otra Wanda también, que se acercó a ella y le tomo las manos.
- Yo tampoco sabría vivir sin ellos Wanda. Yo tampoco. Quiero que vuelvas algún día. Se que estás dañada, no eres un monstruo, no lo somos. Estarán bien aquí, te lo prometo.
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