Flor sufrió mucho ese castigo, al punto de que se volvió más sumisa que nunca. A pesar de que la máquina ya estaba casi lista, igual Jeff hacía que Flor la pruebe, ya que, según él, debían tenerle al 100% para así poder ponerla en funcionamiento oficial. Flor entraba a voluntad propia, ya había perdido las ganas de luchar luego de escuchar esa frase que le dijo Gianella. Pasaron 6 meses en donde Flor subió a la máquina entre 3 y 5 dmveces diarias, al punto de que Flor ya casi ni la sentía.
Bien hecho bebé -decía Jeff una vez que Flor terminaba- Gianella, dale una galleta a la bebé
Gracias papi -respondía Flor antes de ir a recoger su premio, como si fuera una bebé real
Esto era humillante y por momentos Flor no quería seguir esa rutina, pero al final su cuerpo le impedía esto. Todo parecía seguir así, hasta que un día llegó un nuevo trabajador al lugar llamado Alan. Este se encargaba de vigilar a Flor, la verdad era que a pesar del tiempo que estuvo sumisa a lo que le hacían Jeff y Gianella, ninguno de los 2 confiaba en ella.
Encargate de que cumpla todo lo que le decimos -le dijo Jeff a Alan en su primer día- vigilala bien. Al primer acto de rebeldía, comunicalo inmediatamente.
Como usted ordene, señor -respondió Alan
Alan tenía una forma rara de vigilar a Flor. Nunca la dejaba sola, tampoco se burlaba de ella como si hacían los demás trabajadores. Además, a veces le daba cosas que Flor nunca recibía. Por ejemplo, una vez le regaló a escondidas una barra de chocolate. Flor lo aceptaba y nunca se pregunto por qué ese comportamiento tan cordial de un hombre que, en la teoría, también debía aborrecer a las pañalonas como Flor. Un día Flor se le acercó antes de ir a dormir.
¿Por qué te portas así conmigo? -le preguntó Flor
No te puedo decir -respondio Alan
¿Qué sucede contigo? -dijo Flor-nunca te burlas de mí y me tratas bien. Los demás se ríen de mí desde que llegué a aquí.
Te lo diré -dijo Alan- pero debes jurarme antes que no le dirás a nadie todo lo que hablaré ante tu persona
Te lo juro por el alma de mis padres -dijo Flor
Soy de AG -dijo Alan
En un lapso de una hora, Alan explicó que era un agente de AG, un grupo rebelde que en las sombras de la Zona Roja luchaba por liberar a todos los "bebés". Él no lo era, pero entró al lugar para salvar a su hermano que sí lo fue.
Increible -dijo Flor- pero, ¿qué haces aquí?
Estamos preparando un gran golpe -dijo Alan- vamos a tomar varias fábricas como estas para liberar trabajadores como tú. Con esto llamaremos a todos los "bebés" a sumarse a la lucha.
¿Puedo participar? -preguntó Flor
No -dijo Alan- es peligroso.
Tengo una hermana que deseo ver -dijo Flor- voy a colaborar con cualquier oportunidad que tenga para volver a juntarme con ella
¿Estas segura? -preguntó Alan- Si perdemos, las personas como tú que nos ayuden recibiran la peor parte
No tengo nada que perder -dijo Flor- solo dime que hacer, cuándo y cómo, y lo haré
De acuerdo -dijo Alan- mira, mañana a las 8 de la noche en punto comenzará todo. Vamos a estar conectados con las otras tomas para hacerlo simultaneamente, asi que hay que ser precisos. Cuando llegue la hora, mis amigos entraran por la puerta trasera donde yo estaré para abrirles y guiarles. Tú manten distraído a Jeff y Gianella. Cuando los atrapemos, quitales sus comunicadores.
Todo por la causa -dijo Flor
Al día siguiente, tal como dijo Alan sucedió. La fábrica fue tomada por AG con Alan a la cabeza.
Ahora quien es la bebé -dijo Flor a Gianella cuando la tenían prisionera con un pañal puesto
Sueltanos inmunda -gritó Jeff- cuando nosotros volvamos a la normalidad, juro que la vas a pagar como nunca antes lo imaginaste
No grites, bebé -dijo Flor antes de cerrarle la boca a Jeff con un chupón
¿Cómo vamos? -preguntó Flor a Alan
Terrible -dijo Alan de una manera que expresaba miedo- de las 6 fábricas que tomamos, una ya fue recuperada por los soldados de la Zona. Dos están luchando, pero no hemos podido comunicarnos con ellos desde hace una hora.
¿Qué significa? -preguntó Flor
Que si no vencen en esos lugares -dijo Alan- no podremos seguir defendiendo las otras 3
Dios mío, necesito mi pañal -dijo Flor mientras mojaba sus primeros pantalones
Sal de aquí -dijo Alan- escapa
No me iré -dijo Flor
Es una orden -diji Alan- el plan es que las pañalonas escapen y tú eres una
Ya no lo soy y nunca lo volveré a ser -dijo Flor
ALAN -gritó Haro, otro de los hombres de AG- soldados de la Zona Roja, estarán aquí en 10 minutos
TODOS A SUS PUESTOS DE COMBATE -gritó Alan- LISTOS PARA LUCHAR
¿Qué hago yo? -preguntó Flor
Largo de aquí -dijo Alan- si te perdemos no me lo perdonaré
Ya te dije mi desición -dijo Flor
Toma esto -dijo Alan mientras le daba una escopeta a Flor- al primer soldado que veas disparale. No dudes a la hora de hacerlo
Como usted ordene, mi general -dijo Flor para luego ir a cubrirse detrás de una caja
Llegaron los soldados y se armó una batalla. Flor mató a 3 soldados enemigos, pero falló los demás tiros hasta quedarse sin balas.
SALVATE FLOR -grito Alan
Flor sin más opción escapó. Corrió lo más que pudo hasta salir de la fábrica. Logró evadir a los helicopteros que habían sobre el lugar, pero igual unos soldados empezaron a buscarla. Luego de una hora corriendo de lado en lado, sin dirección fija, Flor llegó a un lugar donde pudo visualizar el gran muro que separaba la Zona Roja del resto del mundo. Corrio hasta el muro, el cual tenía en sus puntos de acceso con el otro lado guardias armados. Trepar era imposible, no le quedaba más remedio que colarse por las puertas sin ser vista. Se metió en un carro donde transportaban pañales. En él logró escapar al otro lado. Al deternese el camión, ella salió sin ser vista para luego ver en las noticias que habían capturado a Alan y que lo condenaron a ser sissy. Flor lloró al saberlo, pero sabía que él se sacrificó por ella. Fue a casa de su hermana, la cual estaba cerrada. Entró por la ventana trasera por la que siempre ella entraba cuando se olvidaba su llave. La casa estaba muy distinta. No estaban ninguna de las cosas de ella o de su hermana. De la nada entró una mujer grande y gorda, de la que Flor desconocía su identidad
¿Qué haces en mi casa? -preguntó la señora
¿Cómo que su casa? -dijo Flor- esta casa es mía y de mi hermana
Por casualidad su hermana era una flaquita de su tamaño -dijo la señora- con un lunar en la nariz
Sí -dijo Flor
Ella murio hace un año -dijo la señora con la mayor frialdad posible
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Universo ABDL
FantastikAquí se relatarán historias ABDL de diversos personajes. Es importante recalcar que todas suceden en un mismo universo, pero no siempre se conectan entre sí, por lo que no es necesario leer una historia para entender otra. Tan solo basta con leer el...