⇢𝚌𝚕𝚊𝚗

130 19 22
                                    

Una nueva mañana sangrienta se levantaba en el clan de los lagartos poderosos, ni bien el primer sol asomaba sus cálidos rayos en aquellas tierras, los guerreros ya se encontraban entrenando y forjando nuevas armas, mientras los cachorros bárbaros se quedaban al cuidado del futuro sucesor, Fangbone.

Oso Hacha lo dejó a cargo del siguiente grupo de jóvenes para la cacería, queriendo demostrar un gran ejemplo de guerrero que es aquel de cabellos azabache.

Un grupo conformado por cinco cachorros, se encontraba acechando cerca a un prado, donde vacahachas, patos, ardillas y otros mamíferos pequeños pero intimidantes (al menos para un humano promedio) merodeaban en libertad.

— No hagan mucho ruido.— Susurró el líder el grupo, caminando silenciosamente hasta su próxima presa, la cual cazó sin problema alguno.— ¿Ven? Así debe ser, ahora quiero verlos.— Mostró la presa que logró capturar, un tejón de mediano tamaño ahora sangrando. Esperó a que cada niño demostrara su habilidad, ayudando a un par que no tenía tanto éxito (eso no estaba permitido, pero veía el esfuerzo que ponían).

Cuando él fue un cachorro, luego de que sus padres se fueran sin alguna fecha de retorno; había sido adoptado por un bárbaro unos cuantos años mayor, y gracias a él aprendió a ser más compasivo con los bárbaros más jóvenes que él; pero cuando se fue, estuvo bajo la tutela de Oso Hacha hasta la actualidad, la fortuna no le sonreía cuando era más joven, mas ahora quien imaginaría que el más pequeño de su generación sería el futuro líder del clan.

Cada niño ya había cumplido con éxito la caza, justo a tiempo cuando el sonido de un cuerno los llamaba a regresar a sus tierras.

—Fue una caza muy productiva, líder del clan.— Habló el bárbaro, dejando frente a Oso Hacha un saco grande lleno con los cuerpos de los animales capturados por los cachorros, en su mayor parte eran animales deshidratados por la falta de agua.

—Excelente, esta noche los cachorros no podrán ir al reino, tal parece por una "reunión familiar".— El mayor de ambos hizo un gesto de comillas con sus dedos, para luego abrir el saco y recoger lo animales.— Así que esto nos debe bastar.— Indicó a otros bárbaros a llevar la carne a cocinar, Fangbone se ofreció de voluntario cargando las presas más grandes.

—Es un gran alivio para mi no tener que ir a aquel palacio, ese príncipe es toda una molestia.— Comentó el guerrero, a lado de Oso Hacha, jadeando ligeramente por el peso del animal que cargaba en su espalda.

—Para mi también, a veces pienso que ese niño te podría ablandar, oí de algunos cachorros que saliste con él la primera noche que fueron al reino.— Lo miró, esperando alguna respuesta del joven.

—Uh... N-no, él no logrará ablandarme; tuvo que acompañarme por lo desconfiada que era la reina.— Frunció el seño con cierto gesto ofendido, dejando caer con fuerza aquel animal, logrando soltar un sonido seco levantando tierra.

— Confío en tu fuerza y que te he entrenado suficiente como para resistir a la tentación de esa vida tan holgazana.— Oso Hacha imitó la acción de su sucesor, para luego dejarlo junto a Garra Veloz, quien era el cocinero ese día.

—Será mejor que cocines bien, Garra Veloz, la otra vez casi logras envenenarnos a todos.— Se burló el joven guerrero luego de que el líder se haya alejado lo suficiente como para no escucharlo. El nombrado se rió sarcásticamente por aquel comentario.

—Lo siento, su majestad, parece que los festines en el reino lo han sensibilizado de la comida que servimos aquí.— Respondió, tomando algunos de los animales y su hacha para cortarlos en trozos pequeños.

— Si esa comida me hubiera sensibilizado me quedaría allá, solo quiero que lo cachorros estén sanos para el entrenamiento.— Aclaró Fangbone, viendo como su mayor hacía su deber.

➳ Ƭωօ ƙíղɠɗօɱʂ ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora