Cap. 7

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4 de Junio.

La rutina estaba comenzando a aburrirme, era sábado y como todos los fines de semana no tenía mucho que hacer, así que empecé el día adelantando tareas y proyectos que tengo que entregar a fines del periodo de cuatrimestre para hacer tiempo hasta la misa de la tarde, lo cual era mi momento favorito del día.

Me distraje golpeando el lápiz en el escritorio y sin darme cuenta comencé a pensar en la noche anterior recordando al instante que tenía que lavar la ropa de Sana para devolvérsela cuanto antes, no me gustaría que piense que me aproveché de su bondad y me la quedé, no sería capaz de usarla por más que haya insistido en regalármela, sería raro andar por ahí con ropa de mi cuñada, nono, no podría.

Tomé la ropa que había dejado en el asiento del lado de la ventana apenas llegué anoche y lo acerqué a mi nariz otra vez, el aroma a vainilla de Sana era tan fuerte que había inundado toda mi habitación, incluso lo sentí cuando use la ropa y puedo decir que es casi embriagante, debe ser un perfume muy caro también y no puedo dejar de pensar en eso, no recuerdo en qué momento de estos casi 7 meses con mi novio se le olvidó el pequeño detalle de que es millonario, pero bueno, no es que me interese mucho o haya cambiado algo, simplemente me sorprendió. En fin, baje a la lavandería y traté de observar producto por producto para no equivocarme y terminar dañando la ropa pero sinceramente no me fio de nada así que voy a dejarlo a mi fiel amigo: Google.

—¿Qué vas a lavar?.—Pegué un pequeño salto del susto y levanté mi mejor cara de pocos amigos del celular para mirar a mi hermano sonreír como si fuera a pedirme algo.

—La ropa de la hermana de Chan

—Eh, ¿Por qué? ¡Si la usaste una vez!.—No le presté atención y me puse a observar los controles de la lavadora para saber cual presionar.

—¿Qué quieres Myungsoo?

—¿Puedes lavar mi ropa también? ya que estas aquí.—Lo miré y volvió a mostrar su mejor sonrisa como chantaje sacando la ropa que traía detrás de la espalda.

—No.

—¡Por qué!

—Porque no quiero mezclar la ropa de Sana con nada más para no arruinarla.—Mi hermano sabía como hacerme perder la paciencia en segundos.

—¡No la laves! no llegaste a usarla ni dos horas, Dahyun.

—¡Pero es un buen detalle devolverla limpia! no quiero darles una mala impresión.—Y es cierto, ayer me comporté como si mi lengua se la hubiera tragado un león y no pude sacar lo mejor de mi para parecer por lo menos simpática, y todo por culpa de los nervios.

—Por favor.—Volvió a insistir ignorando mi preocupación.—Solo son tres prendas.—Dejé de apoyarme en la lavadora para sonreír con malicia y mover mi dedo hacia el interruptor de encendido, presionando.

—Eres una mala persona.—Dijo abriendo muy grande los ojos sorprendido al escuchar el sonido tan característico del tambor comenzando a girar, para después entrecerrarlos juzgándome.

—Lavaré tu ropa después de esto, idiota.—Reí en broma y mi hermano volvió a sonreír contento, dejando la ropa en el cesto.

—Gracias.—Dijo con voz infantil, antes de revolver mi cabello e irse.

Me senté delante de la lavadora rogando por favor que no le pasara nada, ya había sufrido experiencias antes de manchar ropas así que deseaba de corazón que esta no sea una de esas veces. Mientras lo veía girar pensé en qué momento podía ir de nuevo para entregarlas personalmente, no quería hablarle a Chan preguntando en qué momento estaría su hermana porque sé que él también insistiría en que no hace falta ya que quedó bastante enojado por la broma de Sana, no es que a mi me haya caído muy bien tampoco al ver mi camisa favorita manchada pero no la culpaba igualmente fue un accidente, así que por eso decidí ser un poco invasiva e ir a su casa después de la misa para ver si la encontraba, mi intuición decía que podía ser que sí ya que sería el mismo horario en el que estuve ayer ahí y ella apenas llegaba, por lo que espero verdaderamente que hoy sea así también.

CULPA / SAIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora