Vanessa Wildsmith se ha mudado con su hermana en Londres debido a su nuevo trabajo. Ahora, ella tiene que aprovechar este verano para saber a qué se quiere dedicar y que es lo que va a estudiar pero mientras lo hace, ha tomado la decisión de trabaja...
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Pasaron unos días, cuando realmente las cosas habían estado de maravilla. Realmente no tengo nada de que quejarme, todo va bien con mi hermana. Estamos muy a gusto viviendo en esta casa, ella es feliz... yo soy feliz... y nada nos hace falta. Alex sigue viniendo cada que puede y pasamos el rato juntos, sigo sin contarle lo de James pero espero encontrar el momento adecuado para hacerlo. Y hablando de James... ¿qué puedo decir? es la persona mas preciosa del mundo, lo adoro y me encantan pasar todo mi tiempo a su lado.
Me siento algo mal porque no pude decirle que también lo amo. Una vez que el me lo dijo. No lo hice por mala, solo... pasó. No me sentí lista, pero se que eventualmente lo haría. Tan solo espero que en ese transcurso nada malo pase. Quiero decir, como para que el no me crea cuando le diga o algo así.
Dejé de trabajar por fin en la cafetería pero... no le dije a nadie mas que a James. Ya que es nuestra excusa para seguir saliendo sin que nadie se de cuenta. Tan solo Remus podría darse cuenta ahora que pasa mas tiempo con Larissa pero ella dice que me cubre. Y Remus realmente esta muy ocupado viéndola a ella que pensando en porque no estoy justo cuando el va.
De igual manera hoy me levanté temprano para aprovechar el día. Alguien toca de mi puerta y voy de inmediato a abrirla, el único pero es que me acababa de bañar por lo cual, estaba con mi cabello mojado en una toalla y una bata color azul celeste mientras me secaba.
- hola. - susurré una vez que vi que la persona justo enfrente mío era James. El me sonríe y parece que se empieza a reír de mi bata. - ¿qué? ¿acaso tu no te secas cuando acabas de bañarme?
- solo con mi toalla. - el por igual dice en voz baja y voltea a ver a ambos lados para checar, y entra para cerrar la puerta detrás suyo. - buenos días bonita.
- buenos días. - le abracé y el tomando de mi cintura, me da una vuelta de lo mas lindo. - deberíamos salir hoy.
- estoy de acuerdo con eso. - me toma de la mano y me lleva hacia la cama para que ambos nos sentemos en la orilla. - ¿qué te gustaría hacer?
- quiero hacer algo que genuinamente te guste mucho a ti hacer. - me mira confundido. - siempre estas al pendiente de los asuntos con la cafetería o ahora con la repostería... incluso aprendiste a cocinar por mi.
- pues... adoro el quidditch.
- lamentablemente no puedo hacer eso. - hice una mueca. - en momentos como estos, odio ser una esquib.
- no lo odies, eso te hace única, no me importa si no posees una varita, eso es tonto. - me toma de ambas mejillas y me besa. - no necesitas magia para nada.
- eres un amor. - entrelacé mi mano con la suya. - ¿alguna otra cosa que te guste mucho y que si pueda hacer?
- podríamos ir al cine. - arrugué la nariz. - ¿qué? ¿qué tiene de malo? - se ríe de mi expresión. - creí que amabas las películas tanto como yo.
