Prólogo

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Había algo atrayente del peligro: la palabra. Con solo oír que algo era peligroso, sin duda alguna nos atraía.

Como imán y metal.

Por eso yo me encontraba allí, mirando las aguas cristalinas sin siquiera tener la mascarilla puesta. Y el problema de las aguas era exactamente eso: eran cristalinas. Tanto que sin duda podías ver a través de ellas.

Ahogué un grito cuando noté el cuerpo inmóvil de un muchacho, sus brazos yacían alzados por encima de su cabeza y su boca entreabierta. Y lo más raro de todo: no se hundía. Solo estaba ahí, inmóvil, impertubable, inerte.

Una respiración temerosa me azotó, de repente, los brazos del chico se movieron como si estos buscaran cualquier indicio de alguna superficie a la cual aferrarse, pero todo era agua. Agua. Agua. Y más agua. Y yo aún sabiendo aquello, lo hice; me incliné y sumergí mi mano brindándole ayuda.

Y el ardor empezó...

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Otra historia corta de tal vez 14 - 20 capítulos. Publicada antes de tiempo por una persona, espero que te guste ❤️.

Disnea: falta de aire. Dificultad para respirar.

Otra aventura más del Universo Z
¡Bienvenidos!

Ma/24/05/22

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