Chapter Twenty.

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— Todo sucedió en una noche de luna llena, días antes de tu cumpleaños numero once. — relató Yeonjun observando la ventana entre abierta. — Realmente no tengo buena expresión al relatar cosas del pasado, pero tengo ciertos recuerdos que tal vez puedan ayudarte, al menos, quisiera contarte mi versión.

Aquel trece de Septiembre hace once años atrás fué un torbellino de emociones.

Empezando por el hecho de que un muy sonriente Yeonjun se encontraba dando saltitos en busca de mariposas en el jardín de la casa de su amigo, no había nada más divertido que admirar sus alas y tomarles algunas fotografías para el recuerdo.

— ¡Junnie! ¡Ven, mira!

Un tierno niño de cabellos rubios llamó su atención de inmediato, rápidamente corrió hasta su lado y lo abrazó por la cintura demostrando cariño.

— ¿Qué pasó, Chim?

— ¡Una mariposa violeta! Sus alas son muy hermosas, parecen cristalinas.

Yeonjun miró hacia el animal y asintió de acuerdo, fácilmente podría parecer al agua cristalina, sólo cambiaba el color y dónde se encontraba.

— Se ve muy bonita, merece una foto.

— Pero de lejitos.

— ¿Por qué?

— A los animales puede marearles las fotos, no uses la linterna.

Yeonjun asintió haciendo caso al menor, tomó la foto con todas las instrucciones dadas y sonrió al ver que había tomado una muy buena, se la mostró a Jimin con una sonrisa.

— ¡Está muy bonita! Cuando tenga un móvil como el tuyo debes pasarme éstas fotos.

— Lo haré, las tendré guardas y crearé copias para que no lleguen a borrarse.

Jimin abrazó al más alto con mucha fuerza mientras Yeonjun jugaba con su cabello, le agradaba demasiado los abrazos de su mejor amigo.

— Eres mi mejor amigo en el mundo, Yunnie.

— Y tú el mío, Chim. Siempre juntos.

— ¿Siempre?

— Hasta que tengamos cien años y viajemos en botes de marineros.

Jimin río divertido, amaba esa idea.

— ¡Jimin, tesoro! ¡Es hora!

— Oh, no.

— ¿Hora de qué, Chim?

— Debo alistarme para irme al campamento, del que te conté.

— Lo recuerdo.. Pensé que era mañana.

— Lo es, pero mis padres van a hacer un viaje en el auto, eso tardará mucho más.

— Ya veo, ¿Significa que debo despedirme de tí?

El híbrido asintió decaído, no le agradaba la idea de dejar de ver a Yeonjun, era la persona de su edad que le entendía a la perfección y sabía de su más grande secreto, no buscaba más personas, solo lo quería a él.

— No quiero hacerlo.

— Yo tampoco, pero tenemos qué.

— ¿Vas a enviarme tarjetas?

— Lo haré cada viernes de la semana, sin ninguna falta.

— ¿Y me vas a mandar mandarinas?

Lovely ⵌ KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora