Capítulo 8 -Solucionando problemas-

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Al día siguiente de discutir, Alan no paraba de dar vueltas en la oficina esperando la llegada de Nora. Tenía que disculparse pero tampoco sabía que hacer.

Rebeca, la secretaria se sorprende de verle tan temprano en la oficina. Él nunca llega antes de las nueve o diez de la mañana, al menos que hubiese una urgencia y ese día estaba desde las ocho y media.

Alrededor de las nueve, Nora llega junto con Leo a la oficina. Nora había estado en casa de sus padres anoche y se quedó dormida en el sofá así que hoy su hermano se ofreció a traerla.

-Gracias hermano. Nos vemos-se despide saliendo del coche.

-De nada enana -sonrie él

Entra en la oficina y hay mucho silencio. Suspira y ve a Alan en el balcón que hay en el despacho atendiendo una llamada al parecer. Respira hondo y se sienta en su lugar poniéndose a trabajar.

Minutos después, Alan vuelve dentro y la ve. Se queda observándola, mirando cada detalle. De repente se la aparece en la cabeza una imagen. Alguien sentada a su lado le sonríe tiernamente, pero no ve quién es su rostro esta difuminado para él. Decide romper el hielo y habla.

-Nora-le llama él.

Ella levanta la cabeza del papel y le presta atención

-¿Si?-responde

-Perdoname por mí comportamiento de ayer. Yo per-perdí el control y se que no debo decir lo que te dije. Lo siento-se disculpa

-Mmm. Bien, disculpas aceptadas.-contesta

-Cuentame como ha sido para ti estos meses..¿tú pensaste que mori?-pregunta nervioso

-No fue nada fácil y no, no pensé que moriste. Siempre tuve la esperanza de que volverías. Siempre pedía que volvieses a mi lado. Pero el hecho de perder y no saber absolutamente nada de la persona a la que amas, me hizo entrar en un pozo sin fondo del que apenas quería salir. Si, estuve llorando muchos días, todos a mi alrededor me animaban, otros querían darme el pésame. Pero yo en mi corazón sabía que volverías, de hecho me prometiste que lo harías esa mañana cuando te supliqué que no te fueras, que te quedases conmigo, pero sucedió y no pude hacer nada. Ahora estoy mejor, algunos días me enfado o lloro porque no me recuerdas y te extraño...pero estás vivo y estás aquí -explica ella emocionada

-¿Tuviste miedo de que no volviese?-dice el apenado. La verdad que le había dolido escuchar esas palabras

-Todos los días. Incluso pensé que fue mi culpa por no detenerte.-dice ella con sus ojos brillantes

-Lo siento. Siento todo lo que has pasado por lo culpa. Intentaré recordar pero es muy difícil, sobretodo frustrante porque el resto me habla de cosas que no se o hago cosas sin conocimiento y luego me siento pensativo porque no se porque hago esas cosas porque me cuestiono como era-dice él

-No es tu culpa, el accidente sucedió. -responde ella

Se hace el silencio en la sala. Ambos se miran hasta que llega Brian, donde corta el momento y nota la tensión.

-¡Buenos días!-dice con una enorme sonrisa

-Eh yo...voy a por un té-sale de la oficina Nora directa al baño a vomitar debido a las náuseas

-¡Buenos días Brian!-contesta Alan

-¿Te veo muy feliz que sucede?

-Nada. Simplemente me levanté de buen humor. Y tu, ¿qué tensión es esta cuando he llegado?-comenta Brian interesado

-Estabamos hablando sin más Brian. Me estaba contando lo duro que fue enterarse de mi desaparición. Según me lo decía pude ver en sus ojos tristeza y dolor, pero un brilló de amor. La verdad, debe de haberlo pasado muy mal-responde Alan

RecuerdameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora