Capítulo 21 -Ven por mi-

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Alan

El tiempo pasa y pasa. Llevamos un mes. 5 mensajes y 3 fotos. Nada nuevo, seguimos sin noticias de ellas. La policía piensa que a estas alturas está muerta. No, yo sé que ella no está muerta pero se que se debate entre la vida y la muerte como no la encontremos. Necesitamos pensar rápido, necesitamos más pistas e información. No puedo dejar a mi mujer y a mi hija a la merced de un malnacido.

Un mes. Un mes de su desaparición y no tenemos nada. Sólo se sabe que mis sospechas son ciertas, Patrick Veylow es el culpable. Ahora temo por la vida de mi mujer, está embarazada de 8 meses y existe un alto riesgo de que el bebé nazca en cualquier momento. No sabemos cómo está y eso me da miedo. No quiero ni imaginar el terror que tiene ella y el infierno que está viviendo. Ojalá estuviese yo ahí y no ella, no ella joder, ella no se merece esto. Ella siempre ayuda a los demás, ella no lo ha pasado bien el último año y parece que la vida no para de machacarla.

Mis padres han conseguido que coma, que mejore un poco solo porque debí estar bien para cuando ella regrese, pero ese es mi mayor miedo, que no lo haga, que lleguemos tarde. Creo que lo mejor es investigar algo por mi cuenta pero no tengo por dónde empezar.

—Nora vuelve a mi. Vuelve conmigo.—suplico

Esto no está siendo fácil. Uf, intento dejar de llorar o frustrar, pero ya es algo diario. Ahora entiendo perfectamente toda la situación que atravesó ella cuando tuve el accidente de avión, era ella tan valiente, yo sin embargo, si ella no estaba a mi lado caía. Estoy intentando mejorar, pero se me está haciendo tan difícil, el tiempo tampoco me ayuda, porque eso hace que me preocupe más.

Nora

Apenas tengo fuerzas para seguir, estoy tan débil. Llevo no se cuánto tiempo aquí, seguro serán varios días o algunas semanas, no lo sé. Me duele todo el cuerpo. A veces siento que me cuesta respirar, a veces me pican los ojos de llorar, me estoy quedando sin voz del llanto y la agonía. Como muy poquito, me tratan muy mal, tan mal que con cada golpe me voy consumiendo poco a poco. Ya no sé si tengo la esperanza que tenía, ya no se si esperar a que me saquen de aquí, porque cuando lo hagan, quizá sea tarde o quizá, aún estén a tiempo.

—Alan, mi amor, ven por mi—digo entre suspiros ya que de llorar se me corta la respiración.— Te necesito, ayudame, sacame de aquí—digo en un hilo de voz

Este será nuestro fin, yo no quería acabar así, no quería morirme aquí, no quiero sufrir más, no puedo más. ¡Ay! Mi bebé, mi hija, mi dulce, lo mejor que me podría pasar en la vida, lo siento tanto...lo siento, por esto, yo no quería esto... ¿Qué hice para merecer tanto dolor?¿Porque yo?

De repente se me nubla la vista y mis ojos se cierran y caigo en el colchón con mis manos agarradas en mi vientre.

—Tu, despierta—dice él apenas escucho lo que dice, me siento muy débil, me siento mal

—No..no puedo moverme—digo en un suspiro

—Señor, señor, la chica no se encuentra bien—grita el hombre

—Dios mio—dice él—está muy fría y pálida, esto no está bien

Minutos después llega alguien, apenas puedo mirar, no me aguanta la vista.

—La mujer no está bien señor. Está fría, pálida, está mareada mírela, está temblando

—Mmmm, llama a un doctor.

—Bien señor

(••••)

—Necesita vitaminas y descanso. Está deshidratada, necesita calma, no puede soportar situaciones de estrés o emociones fuertes. Tiene mucho dolor y frío, taparla con mantas o morirá. Su embarazo está muy avanzado y puede estar en peligro—dice el doctor tras explorarla

RecuerdameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora