De noche en el bar "El pringao". Estaba lleno hasta el punto de que empleados del lugar, disimuladamente, se encontraban sirviendo bebidas en una pequeña mesa afuera. Un grupo de personas charlaba en la entrada mientras Mouse estaba a unos cuantos centímetros de ellos sosteniendo una lata de cerveza en la mano izquierda. Él esperaba a La Jauría, a quien llamó desde el hotel donde se estaba quedando, esperando, de cierta manera, que no lo movieran del sitio hasta que el resto del personal comenzará a llegar.
Para su desafortunada situación, la directora del lugar donde trabajaba ya sabía donde estaba, y el lugar donde se estaba quedando. El poblado a unos 20 minutos de San Zozora, Aztayotl, era otra zona turística no tan abarrotada como aquella mancha urbana playera, y no tan llena de criminales como la misma. Algunos del personal docente que vinieron a la supuesta reunión de ex alumnos se estaban viniendo a la zona, y estaba pensando en maneras de que no vieran a los de la jauría.
De todos modos Mouse temía que algo así pasara, así que por eso decidió pedirles que vinieran bien de noche
Un grupo de motocicletas arribaron al sitio, llamando la atención de un par de personas que estaban cercanos al estacionamiento, y esa fue señal para Mouse dejar el lugar donde estaba y acercarse a sus allegados.
- ¿Qué onda jefe? ¿Cómo está pasando la noche? - le dijo Chacal desde su moto.
- Jefe suena como una palabra con demasiada responsabilidad morro, pero da lo mismo -
les dijo el hombre - Tengo un par de instrucciones para ustedes. Déjenme ir a mi auto.
El hombre fue y trajo una maleta mullida de color rosa pastel que le dio a Cecilia, y ella se bajo de su moto para acomodarla con sus cosas. Porque si, después de dos años con un grupo de motociclistas, los otros le ayudaron a conseguir una moto.
- ¿Y esto que trae? - preguntó la chica.
- Oh, ya lo verás cuando la abras en el hotel; solo cuida la maleta.
- ¿Quieres que nos hospedemos en un lugar en específico? - preguntó Coyote recargándose en el manubrio de su moto.
- Debido a que va a haber personal de la escuela donde trabajo en el mismo lugar, no se los puedo exigir, sólo sugerir. El lugar donde estoy hospedado está a 20 minutos al norte de aquí, en una ciudad pequeña de nombre Aztayotl. Si no conocen el lugar y preguntan por él, es el poblado más cercano a un atractivo turístico que conocen como las ruinas de Tlacatecoloyotl- tepec. El hotel donde estoy se llama "la carreta tirada".
- Ok, entonces nos moveremos para allá en unas horas para no levantar sospechas - dijo la Loba.
- Perfecto. Estoy en el tercer piso de la habitación 23-C. Para que te den el número y llave de mi cuarto, díganle a la chica de la recepción que Chacal es familiar mío, dile que te llamas Manolo. Voy a decirles que estaba esperándolos.
- Manolo, ok.
- Por cierto, debo darles una nota más antes de que sigan con esto, y es que tenga mucho cuidado con quien hablan, a quien amedrentan, quien les quiere hablar y otros etcéteras. Toda el área de esta parte del caribe, desde los cañados de San Manori, pasando por varios poblados hasta el puerto de Barba azul, incluida esta ciudad, y sobre todo esta ciudad, es lo que conocen como una zona de libre crimen
- ¡Este lugar es una zona de libre crimen! - exclamó Cecilia.
- Si, por algo pensaron en hacer una fiesta aquí... Y por algo puedo hablarles de nuestro plan sin que nadie voltee para acá.
Cecilia sintió un escalofrío recorrerle el espinazo. Sabía lo que era una zona de libre crimen, lo sabía ella, y lo sabía el resto de la Jauría.
Como heroína le había advertido que existían sitios en el planeta que eran gobernados en secreto por bandas criminales, carteles de tráfico ilegal o villanos poderosos, y donde la policía y el gobierno estaban tan coludidos con ellos que difícilmente arrestaban a quien hacía desmanes. Eran lugares donde gente con precios sobre su cabeza que podían rivalizar con el PIB de una ciudad se paseaban como si nada, y donde generalmente se dejaban pasar ciertas situaciones, como desapariciones, robos, cadáveres en bolsas, y otras cosas por demás atroces porque ya todos sabían quién estaba detrás.
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Los chicos del coro.
FanfictionGoldheart lleva casi un mes teniendo pesadillas y no ha dormido bien. Aun así, es mandado a una misión de suma importancia en una playa semi turística. Desafortunadamente dicha misión se termina yendo a la jodida, y lo peor es que no recuerda ni p...