Los chicos del coro.

Capitulo IX. Mañanita. Parte 2

Advertencia: Esta parte del cuento hace una muy, muy ligera mención a temas sugerentes, pero tiene mas menciones de violencia y cadáveres, además de hacer parodia de la (muy grave) situación con el narcotráfico en mi país. Viva México ca... 

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- Bueno... ¿Bueno? ¿Hay alguien en la línea?... Maldita sea

Eran como las 7 de la mañana en aquel hotel que llamaban "la carreta tirada". La Jauría estaba desayunando en el restaurante del hotel mientras Gabo trataba de comunicarse con sus compañeros desde un teléfono de monedas.

La noche en la que llegaron, Mouse les había dejado preparado todo en la recepción. Gabo se movió a otra habitación al lado de la Jauría, que Mouse le hizo el favor de pagarle, mientras ellos daban un poco de dinero al de la recepción, y le daban el nombre falso que les pidió su jefe para que les pasaran un número telefónico. Poco después le pasaron un celular al chico fantasma.

Gabo estuvo un par de horas en la noche tratando de conectarse con los otros héroes, sin éxito, y ahora estaba tratando de hablarles a los mismos fulanos sin nada de éxito igual. Según Gabo, todos los teléfonos que le dieron para comunicarse con sus compañeros estaban cortados, incluido el teléfono que daba a la línea directa de P.E.A.C.E

Cecilia, quien estaba con unos lentes de sol, un cubre bocas, y una gorra para que el tipo no la reconociera, estaba comenzando a parecerle raro todo eso. P.E.A.C.E parecía haber dejado varado a uno de sus agentes a propósito, algo que no podía ser posible, ¿oh si?

Gabo regresó a la mesa resignado y de mal humor.

- Creo que voy a tener que ir al consulado, y de paso a un departamento de personas desaparecidas - dijo el chico - Esto es grave, no puedo quedarme atorado aquí en México, y menos sin saber dónde está el resto.

- ¿No crees que haya una posibilidad de que les haya pasado lo mismo que a ti? - exclamó Chacal - ¿Cuánta gente iba a venir contigo?

- ¿30- 40 personas aproximadamente?

- ¿En serio? ¿Y aun así ningún teléfono te da para encontrarlos? - preguntó La loba.

- ¿Recuerdas que te dije anoche que es probable que mi misión se haya ido a la jodida antes de empezar? Puede ser por eso que no los encuentro.

- Hola chicos, buenos días - dijo una voz cantarina que todos reconocían como Mouse.

- Oh, hola Mouse - dijo de mala gana Gabo.

- Buenos días Phantasm. ¿No me digas que sigues incomunicado?

- De alguna manera se los tragó la tierra, pero alguien debe estar por ahí, si no medio drogado, quizás también les robaron.

- Bueno, da lo mismo - exclamó Mouse - Chicos, acaba de telefonearme alguien de un hotel en San Zozora, el Halton Resort, donde van a hacer la fiesta. Necesito que vayan a buscar a compañero mío, Nathan, creo que si lo reconoces Feneko.

"Hay no" Pensó la ex heroína Miss Heed, entre toda la gente tenía que tratar con el tipo al que más mal le caía de toda la escuela, su ex jefe de grupo, Nathaniel Mollusc, mejor conocido como Nathan o en su defecto, como el Dr. Mollusc. Pero bueno, ya tenía pago, al menos esperaba que, a diferencia de Mouse, Nathan no la reconociera.

- Necesito que lo lleven al malecón - continuó Mouse - Voy a platicar con él sobre los detalles de la reunión de ex alumnos.

- Esperen, ¿eso es todo? ¿Los contrataron para ser los guaruras en una fiesta de villanos? - exclamó Gabo