Capítulo 33

764 75 15
                                    

Nate.

Me despido de la abuela para subir a la habitación.

Debí suponerlo.

Mis padres dijieron que si muy rápido. Es obvio que hablarían con la abuela para que no me dejara salir por la noche.

Me debato entre si enviarle o no un mensaje a Alex.

No, que se joda. Para empezar yo ni quería asistir a esa estúpida fiesta.

«Ella estará ahí.»

Las cejas de Alex bailaron mientras lo decía.

Que esperaba?... Que saltara en un pié mientras festejaba?

No.

Tomo una toalla del armario para ir directo al baño.

La abuela me uso. Me puso a mover muebles que ya tenían como un millón de años que no eran movidos y además me puso a hacer las compras.

«Aprovecha que estás en la plena juventud y ayuda a tu vieja abuela, Nate.»

Si como no, eso es explotación.

Dejo que las gotas calientes de la regadera caigan sobre mi pecho mientras cierro los ojos disfrutando como mi cuerpo se relaja.

Hoy fue un día largo.

(***)

Me pongo un pantalón holgado y me acuesto en la cama tomando mi teléfono.

Pero el teléfono en mi oreja para luego escuchar su voz.

Al escucharla no puedo evitar esbozar una sonrisa.

Dani... Dani.

¿Me extrañas?

¿Por qué siempre tiene que hacerme preguntas que me descolocan?

Pero en fin, así es ella.

Tan imprudente, berrinchuda, tonta.

¿Es que acaso no piensa que si yo la llamé es por qué la extraño?

Por qué siempre tiene que ser así.

Y como siempre no puedo hacer más que cagarla.

Se que la he herido ya que se ha quedado callada.

Idiota.

Escucho un ruido en mi ventana como si hubiera sido arrojado algo.

Me limito solo a mirar un poco para después volver a concentrarme en la llamada. Le hago una pregunta tan trivial y escucho como suspira.

Si respuesta es tan sencilla que quiero darme mil puñetazos por siempre hacer que ella se sienta mal.

Otro golpe en la ventana hace que me ponga alerta.

Tomo una manzana que subí conmigo hace rato y al ver el estúpido rostro de Alex en la ventana sin más la lanzo dándole en la frente.

Si quejido de dolor me da tanta gracia pero me mantengo al margen.

¿Eres imbécil o que?.- Pregunto tapando la bocina del teléfono.

Por qué carajos una manzana y no una almohada?.- pregunta en un tono bastante alto que hace que le sisee.

Era lo más cerca que tenía.- me encojo de hombros y miro la almohada en mis piernas.- Además arrojar almohadas es muy común y yo soy original.

Verdaderamente original quedará tu cara después de que te golpeé.- Dice observando la habitación.- Ponte una camiseta, ¿acaso quieres provocarme?

El Tiempo Lo Cambia Todo. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora