¿Es posible enamorarse en 90 días?
Bueno dicen que para el amor no hay imposibles así que todo es posible, sin embargo, en una relación que inicia en solo sexo no se tiene la certeza de que vaya a terminar de la mejor manera... porque... ¿Qué pasa s...
Los puños del británico golpeaban la piel blanca del chico de 1.90 al tiempo que su rostro recibía los desubicados golpes del ex novio celoso. Yaz, aún detrás de su amado protector, trataba de parar la pelea, lo que parecía imposible.
Está de más aclarar quien sería el ganador: uno solo ejercitada su cuerpo en el gimnasio y el otro hasta entrenador de boxeo tenía.
Tom evadía los golpes, pero eso no lo libraba por completo.
Cuando Yazmín por fin logró separarlos metiéndose en el medio, miró por un par de segundos a cada uno: Alejandro, sangraba de la nariz, el labio y una ceja; Tom, solo de la nariz y tenía un ojo ya morado.
|Yazmín|
Desde el momento que Tom me sacó de mis pensamientos para centrarme en el coche de Alejandro, sabía que no sería algo bueno, sin embargo, nunca imaginé que terminaría como pelea de box.
El intercambio de golpes me tenía al borde del colapso, mi garganta ardía de tanto que gritaba llamando a alguno de los dos, juraría que, si la casa no estuviera un poco alejada de las demás, los vecinos saldrían a ver el espectáculo que este par de kilos de testosterona estaba ofreciendo.
Yazmín: Se comportan como unos animales -dije estando en medio mientras ellos seguían mirándose con ojos asesinos-
Ale: Yo no inicié
Tom: Lo admito -se limpió un poco la sangre que resbalaba hacia su labio-, fui yo y lo seguiría haciendo con mucho gusto
Ale: Si quieres terminar con el otro ojo morado -se acercó a Tom y este lo imitó hasta el punto que yo quedé aplastada entre sus firmes pechos-, yo no tengo problema
Tom: Ibas muy bien, la estabas recuperando, en verdad creí que la reconquistarías -sonrió burlón relamiendo sus labios-. Le servían las salidas contigo, hasta Roma estaba feliz...
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Ale: ...Y tú te entrometiste -lo interrumpió-
Tom: Te equivocas, si tú no la hubieras hostigado con tus insistencias, exageraciones y ahora también ridiculeces, quizá ahora ella estaría contigo
Ale: Eres un... -intentó acercarse más a él con la intención de seguir su show-
Yazmín: ¡Alejandro, basta! Es mejor que te vayas
Ale: Esto te conviene, ¿no? -seguía con los ojos clavados en Tom-, que ella me odie para poder seguir follandotela como te dé la gana
Tom: Oh, no, no -volvió a sonreír-, yo no la follo, ella me folla, ella decide cómo, cuándo y dónde, no la obligo a nada
Yazmín: Tom, detente, mejor entra y trae... -no fue necesario terminar la frase, él solo asintió y se dirigió a por el collar que Alejandro me regaló en mi cumpleaños-
