Capítulo 101: Novios

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|Narrador|

El miércoles había llegado y con él la cena familiar, que más bien era una reunión, para presentar a Karen, la nueva novia de Joshua.

Los días que habían pasado juntos fueron maravillosos para ambos: a Yaz le gusta quedarse dormida en los brazos de Tom mientras él le acaricia el cabello y ella se aferra a su cuerpo como queriendo evitar que desaparezca; él, ama el cosquilleo que le provoca la respiración tranquila de su chica sobre su pecho y una sonrisa estúpida aparece cada que, inconscientemente, ella suspira en sueños. Cada noche era un momento único, uno de los pocos que compartían juntos, pues Yaz debía trabajar en la farmacia casi hasta tarde así que Tom permanecía en casa con Roma; solo compartían el desayuno, la cena y el momento en que el británico llevaba a su... ¿novia? al trabajo.

Yaz seguía entrenando como siempre, se levantaba muy temprano, Roberto iba por ella para salir a correr y después llegaba a darse un baño para estar a tiempo cuando Tom despertara y poder desayunar; no era lo mejor, a ella le habría gustado que Tom la acompañara a trotar o al gimnasio, sin embargo, en cuanto Tom pisara un lugar transitado, tendría a miles de fans al rededor, después fotos en las redes sociales, noticias, rumores, chismes y, estar en la boca y ojos de todos, es justo lo que querían evitar. Solo sus amigos más cercanos sabían que Tom había vuelto y para quedarse, ni siquiera toda su familia sabía que existía tal hombre al lado de Yaz, aunque Roberto no lo conocía se sentía feliz por la chica.

Hoy Yaz había pedido el día libre a su jefe y este, muy amable y comprensible, accedió, hoy también era su día libre de entrenamiento así que había pensado en levantarse a darse un baño, salir a comprar algo de desayuno para sorprender a Tom con un pequeño picnic en el roof guarden del edificio antes de invitarlo a la reunión con su familia.

Se levantó cuidadosamente para no despertar a Tom y, mientras que el agua de la regadera se templaba, ella se quitaba cada prenda. Todos sus baños debían ser rápidos justo para evitar que Tom la viera ya que, al ser un loft, no había nada que separara la ducha de la cama donde ahora descansaba el chico con la sabana hasta la cadera.

Entró a la regadera y respiró un par de veces remojando su cuerpo bajo la brisa. Unas manos delinearon su cintura ocacionando un brinco de su parte y que rápidamente cubriera su cuerpo.

Yazmín: ¡Tom!, ¿qué estás haciendo aquí? -tapó con sus brazos su pecho y abdomen-

Tom: ¿Por qué no me invitas a ducharme contigo? -hizo un puchero-

Yazmín: Porque no deberías...

Tom: ¿Verte? -completó el pensamiento de Yazmín. Ella solo desvío la mirada- Ay por favor, ya he visto cada centímetro de tu piel -la acorraló contra la pared-

Yazmín: Tom, sal por favor -susurró con nerviosismo-

Tom: Baja los brazos y déjame verte... -tomó su barbilla haciendo que lo mirara-. Sé lo de tus marcas

Yazmín: No quiero que me veas así, no me gusta cómo se ven -sus ojos estaban enrojecidos por las lágrimas-. Doy asco

Tom: Eso es imposible

Sin despegar sus miradas, Tom tomó sus brazos separandolos por completo de su cuerpo para dejar al descubierto aquello que ella odiaba. Dio un paso hacia atrás y lentamente recorrió cada espacio de la blanca piel de Yazmín provocando que se sonrojara; miró aquellas líneas asimétricas de su vientre, algunas ya blancas y otras aún seguían rojas, subió a sus pechos y las mismas figuras cubrían los perfectamente redondos senos, por último, desvío la mirada hasta sus delgados brazos y se dio cuenta de que Milo no le mintió, en cada uno había por lo menos un par de grandes y notorios moretones.

Todo en 90 días |Tom Holland|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora