¿Es posible enamorarse en 90 días?
Bueno dicen que para el amor no hay imposibles así que todo es posible, sin embargo, en una relación que inicia en solo sexo no se tiene la certeza de que vaya a terminar de la mejor manera... porque... ¿Qué pasa s...
Tom: Amor, si te gustan los vestidos de esa tienda pues vamos ahí, quiero que uses algo que te guste
Yazmín: ¿Sabes cuánto cuestan los vestidos de esa tienda? Podría alimentarme cinco años de mi vida con ese dinero -abrí la boca queriendo objetar algo, pero me calló con sus palabras-. Y no dejaré que lo pagues, Holland, ya pagaste el vuelo, en contra de mi voluntad, por supuesto
Tom: Bien, entonces vamos a otra tienda. La vitrina de allá tiene modelos... bonitos y seguro que tienen algo que pueda complacerte -señalé otro local y caminamos hacia ahí-
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Era jueves por la tarde y estábamos recorriendo el centro comercial en busca del vestido perfecto para mí novia, aunque cualquier vestido, fuera o no perfecto, ella lo lucirá espectacular.
Entramos a una tienda y directamente caminamos por todos los pasillos, Yaz miraba cada vestido y tomaba algunos para llevarlos al vestidor, sin embargo, conozco a mi novia más de lo que cualquier persona la conoce y por su mirada pude entender que no estaba del todo convencida.
Yazmín: ¿Te gustaría combinar? -preguntó parada al frente de varios maniquíes-. Digo así elijo un vestido que haga match con tu atuendo
Tom: Me encantaría -besé su mejilla-. Mi traje es simple, negro, camisa blanca y moño
Yazmín: De acuerdo, negro y simple será -caminó por otros pasillos y me mostró un vestido con un brazo descubierto-. ¿Te gusta este?
Tom: Es lindo, si, pero Amor, no debe gustarme a mí, debe gustarte a ti
Yazmín: Me lo probaré
Seguimos caminando en busca de más vestidos, prenda que Yaz tomaba misma que terminaba en mis brazos mientras ella seguía eligiendo. Después de cuarenta y siete minutos exactos -claro que los conté, ir de compras con una mujer es muy cansado-, por fin entró al vestidor acompañada de una trabajadora de la tienda, yo quedé esperándola sentado en uno de los sillones donde un joven me ofreció algo de beber mientras esperaba a mi chica.
El primer vestido apareció frente a mis ojos.
Hermosa y perfecta, así se veía en ese vestido sin manga y abierto hasta medio muslo.
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