La noche fue demasiado corta para ambos amantes que disfrutaban de sus cuerpos unirse en un solo, Dégel era todo lo que Camus deseaba en una relación.
Era serio, frío para hablar pero también disfrutó cada segundo que pasó a lado de Verseau.Los primeros rayos del sol reflejaban por las cortinas blancas de las ventanas, ambos ni siquiera se habían percatado que durmieron en los brazos del contrario; era una sensación de calidez que Dégel y Camus habían ansiado desde hace mucho tiempo.
El primero en abrir sus párpados fue Camus quien al despertar se dió cuenta que su mano descansaba en el pecho de Dégel aunque aún seguía profundamente dormido.
Sin embargo el sonido repentino del celular de Dégel fue lo que terminó arruinando ese bello momento entre los dos.
De manera inmediata Verseau se incorporó un poco de la cama, se llevó una de sus manos a su rostro y tomó su celular que descansaba en el mueble de madera.Había sido una notificación a su cuenta, al parecer Milo Metaxas terminó cerrando con broche de oro esa negociación, le había llegado la transacción del depósito estipulado.
- Creo que todo salió bien Dégel - Susurró Camus recargando su mentón en el hombro de Verseau.
- Solo espero que no se moleste por el hecho de que pasaste la noche a mi lado.
- La verdad espero poder tener una oportunidad en tu vida - Confesó con la voz baja.
Camus acomodó sus brazos alrededor del torso de Dégel, su mentón seguía recargado en su hombro.
- ¿Que esperas de mi Camus? ¿Acaso no mides las consecuencias de que Milo puede tomar represalias por lo que sucedió?
- Desde hace tiempo llevamos los trámites de divorcio, ambos solamente nos casamos por un simple contrato donde el principal requisito era unir nuestras vidas en matrimonio para que los dos pudiéramos heredar las grandes fortunas de nuestras familias.
Dégel chasqueó la lengua molesto, a él también le incomodaba ese tipo de condiciones; al menos agradecía que en su caso no fuera así... Pero no quitaba el hecho del mal sabor que le hizo pasar Seraphina tiempo atrás.
- Entonces...
- Por favor déjame estar contigo, podemos conocernos más a fondo, sé que habrá situaciones en los cuales tu y yo no compartiremos los mismos gustos pero quizá la clave es compartir las mismas ganas...
Dégel no dejó que Camus terminará de hablar, rápidamente tomó sus brazos que rodeaban su cuerpo y de un movimiento lo acostó sobre el colchón, sin darle oportunidad de moverse se acomodó el cuerpo de Camus.
- No pierdo nada con intentarlo Camus, podemos comenzar una bonita relación, pero de una vez te dejo en claro que de mi cama y de mi cuarto escondido no sales.
Esos labios devoraban nuevamente esa pálida piel despertando una vez más esas ganas que los dos disfrutaban ante cada caricia, cada palabra, sus besos...
Nuevamente aquellos cuerpos se fundían en uno solo entregándose al placer que ambos desbordan.La tarde había llegado a la mansión de Verseau, una noche completa sin que Dégel estuviera usando a sus amantes escondidos, lo cual les había caído de maravilla un descanso bien merecido.
En todo el día, Defteros y Kardia se dieron la oportunidad de relajarse en el jacuzzi que se encontraba en el baño, nada mejor que ese momento fue acompañado por una buena botella de vino que terminó siendo el causante de que Kardia cediera ante los encantos del gemelo menor.- ¿Seguro que Verseau nos pagará por habernos usado?
Cuestionó Kardia acomodando su mentón sobre el pecho desnudo del gemelo menor, quien acariciaba con parsimonía su cabello alborotado azulado.
- Más le vale que nos pague, estoy harto de estar encerrado en este cuarto donde nos trata como sus mascotas.
- Cuando regresemos a Grecia espero que podamos tomarnos un descanso, si vamos a este paso Dégel va a terminar dejándome en silla de ruedas.
Defteros se quedó pensativo por unos minutos sin dejar de acariciar los largos cabellos de Kardia.
- Cuando regresemos no te dejaré descansar, si es necesario que te masaje hasta el alma lo hago con tal de que te relajes - Se burló Defteros depositando un beso en su frente.
Kardia estuvo a punto de agregar unas palabras más sin embargo la puerta de esa habitación se abrió interrumpiendo ese momento ameno entre los dos griegos quienes seguían en la cama abrazados.
- Tienen suerte de que a mí personal les di la tarde libre ayer y hoy también, síganme... Vamos a terminar de cerrar este trato que hice con ustedes.
Defteros fue el primero en levantarse de la cama, seguido de Kardia quien no soltaba el brazo del moreno.
Verseau los guiaba nuevamente a su recámara, Defteros miraba con detenimiento la cama del francés, sobre esta se encontraba dos maletas, una donde llevaba los restos de una bata traslúcida rojiza hecha pedazos y la otra fue la que más les llamo la atención.
Tenía una fuerte suma de dinero en esa maleta, aunque no entendían por qué se encontraban en la recámara de Verseau.- Esto que ven aquí - Dégel tomó la maleta y se las mostró - Es parte de lo que ayer negocié con mi inversionista, sin embargo yo lo prometí y estoy aquí frente a ustedes para cumplir mi palabra, este es su pago.
- Se nota que la cita con el cliente estuvo muy buena Dégel - Se burló Kardia cruzando los brazos, también lo hacía por molestar al francés.
- Solo fue una cita - Contestó Dégel mirando a Kardia con desdén.
- Oh vaya, quien diría que los clientes dejan marcas muy notorias en el cuello, de ser así yo también quiero aprender a negociar de esa manera - Se burló Kardia ganándose una leve palmada del gemelo menor en su espalda.
Dégel se cubrió inconscientemente el cuello con su mano - Bueno si, además ese nuevo cliente será mi futura pareja, aunque debo admitir que de no ser por ustedes yo seguiría siendo el mismo ermitaño, malhumorado y solitario que conocieron al principio.
- La cara de mal genio siempre la cargas Dégel - Agrego Defteros cerrando la maleta.
- Puede ser, pero en verdad soy yo el que está agradecido por qué al conocerlos a ustedes me di cuenta que no solo se basa en subirse y coger... Ustedes dos tienen una buena comunicación, se conocen mejor que nadie y sumando a ello tienen una amistad de por medio. Si realmente son algo más que solo amigos debo añadir que les deseo lo mejor.
- Entonces ya no requieres de nosotros ¿Verdad? Ni que estemos como unas mascotas detrás de ti.
- No, es todo... Salvó quieran algo más para agregarlo - Susurró Dégel mientras les daba la espalda a los dos griegos.
Aunque fue un grave error voltear sin darse cuenta que dejó a la vista además de la bata también se encontraba un poco fuera de la maleta el arnés que había usado con Camus.
Kardia y Defteros se dedicaron una mirada de complicidad y sin hacer demasiado ruido tomaron el arnés para darle un último uso de despedida, después de todo Verseau se las debía también.
❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖
Mañana último capítulo personitas bellas los quiero 🥰🥰🥰
ESTÁS LEYENDO
El Magnate
FanfictionUn caballero con un alto poder socioeconómico encuentra en dos personas desconocidas lo que realmente desea y disfruta. Su posición económica y el hecho de mostrarse alguien con aspecto serio es la perfecta combinación para poder satisfacer sus gust...