Extra Parte uno

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Varios meses después...

La vida de Kardia y Defteros tomó un rumbo diferente, con aquella fuerte suma de dinero que Dégel les entregó fue suficiente para que regresaran a su bello país y también les sobró un poco para arreglar la pequeña casa que ambos compartían.
Si bien los dos antes solo eran simples amigos, ahora su relación se fortaleció después de aquel suceso con Verseau.

- ¿Aún sigues jugando en la computadora Kardia? - Cuestionó Defteros mirando a su pareja quien seguía frente al monitor entrando en cada página de los buscadores de internet.

- No estoy jugando... Desde hace tiempo tengo dudas por saber que ha pasado con Verseau; casi ya no sale en las noticias como antes.

Defteros se colocó a lado de Kardia para mirar las distintas opciones que Kardia había abierto de los navegadores, con el mouse le dió a otra página que lo llevó a un artículo dónde salía Dégel acompañado de otro joven de cabellos esmeralda, ambos se veían demasiado felices, una sonrisa que jamás le habían visto a Dégel en toda su corta estancia de la mansión.

- Después de todo Dégel encontró quien soporte su mal humor - Añadió Defteros mientras caminaba hasta el baño - Sigue cuidando el trasero de Verseau, yo me voy a dar una ducha.

Kardia no pudo evitar soltar una carcajada, sabía perfectamente que a Defteros no le agradaba nada que hablara de Dégel frente a él, su modo celoso salía a relucir.

Esperó unos momentos para que Defteros abriera la llave de la regadera, cuando escuchó que el agua comenzaba a caer, no dudó ni un segundo en apagar la computadora, tomó las llaves que abren la puerta del baño y con pasos sigilosos entró sin hacer demasiado ruido, al moreno le esperaba sin duda una buena sorpresa.

Al parecer Defteros no se daba cuenta de su presencia, el agua seguía cayendo y Kardia comenzó a retirarse sus prendas; esperó unos momentos y poco a poco fue deslizando la puerta corrediza que dividía el sitio de ducha.

- ¿Necesitas ayuda para bañarte? - Sugirió Kardia entrando justamente a lado del gemelo menor.

- Pero... Kardia - Susurró al verlo junto a él, aunque no dejo que terminara de hablar, por qué Kardia posó uno de sus dedos sobre  los labios del moreno.

- De mi no te escapas Defteros - De manera inmediata Kardia lo tomó de las manos y lo acorraló en la pared - Es mi turno de divertirme.

La boca traviesa de Kardia pasaba por su cuerpo recorriendo su torso desnudo y mojado por el agua que aún caía sobre ellos, bajando un poco más hasta en su vientre comenzó a masajear su miembro después de esto lo llevó a su boca disfrutando a la par de los gemidos del moreno.

- ¡Oh Kardia! Adoro que hagas eso.

Kardia sonrió ladino, de inmediato se incorporó, tomó a Defteros de la cintura y le dió media vuelta dejándolo con el pecho recargado en la fría pared y con ayuda de su rodilla se fue dando paso en su entrepierna.

- Es mi turno, te das el gusto siempre que yo sea el que se deja.

- Kardia...

Las mordidas que Kardia dejaba en el cuello del contrario hacían que Defteros hiciera su cabeza para atrás, si algo tenía que agradecerle a Dégel es que ambos tuvieron nuevas experiencias en su relación y una de ellas es que podía sentirse en plena confianza que Kardia tomara el lugar del activo.

- Esto te va a gustar.

Con ayuda de sus manos fue abriendo las nalgas del moreno dejando libre el acceso para poder tomarlo de una vez; la punta de su falo rozaba aquel lugar.
El agua caliente de la regadera seguía cayendo, sus largos cabellos mojados se pegaban en su cuerpo.

- Hazlo de una vez Kardia.

Gimió Defteros al sentir su mano izquierda de Kardia recorrer su cuerpo sin pudor.

- Relájate mi demonio, de lo contrario no te gustara.

Kardia cerró la llave de la regadera para que el agua no siguiera desperdiciandose, aprovechó para llevar uno de sus dedos en el interior del moreno, era demasiado apretado, caliente y sobre todo suave esas paredes que envolvían su dígito; fue la oportunidad de llevar otro más, aunque los gritos y gemidos de Defteros lo encendían aún más.

- ¿De todo esto disfrutó Verseau? - Susurró Kardia cerca del oído del moreno - O es mío.

- Es... Es tuyo Kardia - Respondió el contrario dejándose llevar por las caricias y toques de su pareja.

- Entonces lo que sigue - Kardia sacó sus dedos del interior de Defteros, tomó su miembro y de un movimiento lo dejó entrar completamente.

El gemelo menor dejo escapar un grito placentero al sentirse completamente lleno, Kardia comenzó ese movimiento de cadera suave esperando que Defteros se acostumbrara al tamaño.

El baño se había inundando de gritos, del eco del roce de sus cuerpos, sus gemidos y respiraciones agitadas. Kardia le dió unos leves golpes en sus nalgas sin dejar ese vaivén.

Aunque el molesto sonido del timbre comenzaba a inquietar a Kardia, chasqueó la lengua molesto, intentó moverse un poco más rápido para terminar de una vez por todas e ir a ver a la puerta quien los llamaba con tanta desesperación.

- ¡Ah, maldita sea! - Exclamó Kardia liberándose en el interior de Defteros, quien al sentir esa calidez terminó manchando la pared con esa esencia blanquecina.

- Ni un baño nos podemos dar a gusto Kardia - Se quejó Defteros intentando calmar su agitada respiración.

Kardia salió lentamente del interior de su amado, mientras que Defteros nuevamente abría el paso del agua para poder limpiar sus cuerpos.

- Que ganas de interrumpir.

- Es extraño por qué casi no recibimos visitas - Añadió Defteros mientras tomaba un poco más de shampoo para el cuerpo.

- Seguramente son los testigos de Jehová para darnos sus charlas aburridas.

Lo que más le molestaba a Kardia es que realmente lo interrumpieran, justo cuando el era quien llevaba las riendas de la situación.
Molesto salió del área de la regadera, tomó una toalla para poder secarse y se colocó su boxer junto con su pantalón, se secó un poco su cabello con la toalla y después de usarla se la colocó alrededor de su cuello.

- Báñate con calma Def, iré a ver quién llama insistentemente a la puerta.

Salió del baño, pasó por la recámara y con pasos apresurados bajó por las escaleras dispuesto a darles un buen merecido regaño a las personas que interrumpieron su momento.

Grande fue su sorpresa al abrir la puerta...
Después de mucho tiempo jamás pensó que se volverían a ver.

- Vaya Kardia, no has cambiando nada... Es un gusto volver a verte.

Aquella persona que esperaba pacientemente en la puerta se retiró las gafas de color negro dejando lucir sus destellantes ojos violeta, a su lado venía un joven de cabellos esmeralda.

- Vaya Degel, quien diría que uno de los hombres más ricos de Francia esté frente a nuestra humilde casa, es un gusto verte de nuevo.

- El placer es todo mío Kardia.

- ¡Que está pasando Kardia, por qué demoras en subir! - Esa había sido la llamada de Defteros quien se había preocupado por qué su pareja no regresaba.

- Def, será mejor que bajes... Tenemos una visita especial.

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Mañanita parte dos de este extra y ahora sí se acabó 😁 los quiero mucho.

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