"Finjo ser valiente, finjo que no le temo a nada, pero la verdad es que estoy aterrada, papi"
Cuentan los rumores que de una de las manadas más poderosas de licántropos que existen nació una criatura de belleza inimaginable, a la cual podían compara...
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Olivia Renaldi en ese momento era el único adulto responsable del lugar, por lo cual, Letty confiaba en ella casi ciegamente, permitiéndole dar explicaciones mientras ella seguía en cama, bebiendo grandes cantidades de agua que le llevaban para evitar la deshidratación.
¿Cómo sobrevivió? Respondió como pudo llevarse a sus hijas hasta Beacon Hills, a casa de su padre.
¿Por qué tenían a Letty? Eso también lo respondió vagamente, cosa que Letty agradeció, pero no era la mejor opción en ese entonces.
—Solo hay una cosa que no entiendo. —Interrumpió la historia Scott, notando que había en ella unos cuantos detalles bastante flojos, no inconsistentes, si no que hacían obvio que no tuvo mucho tiempo para pensar en qué decir y qué omitir. —¿Qué le está pasando? —Señaló a Lletty, que yacía en cama aun sangrando.
Liv no volteó a verla pues ya lo había hecho y era horrible ver a una niña que prácticamente vio crecer cubierta de su propia sangre desde la cadera hacia abajo ¡Era terrible! Y no solo el hecho de que la imagen pareciera salida de una película de horror le afectaba, también era la culpa.
—No sabría decirte. —Scott y Letty se vieron a los ojos; el olor a culpa y el latido de su corazón la delató. —¿Tal vez el estrés? Creo que necesita relajarse un poco, ¿Y si te preparo tu tónico?
—He tenido ataques de ira, pero no he asesinado a nadie. —Scott se tensó por la respuesta de Letty, en especial porque lo dijo con una frescura poco digna de la niña que huyó despavorida por lo que había hecho. —¿Ese tónico realmente era para controlar mi temperamento?
—¿Cómo me preguntas eso? Claro que lo era. —Liv apestaba a mentiras y ella lo sabía. No podía controlarlo, pues siempre había sido transparente como el agua. —Creo que necesitas descansar un poco, Letty. Has pasado por mucho estrés y... —Liv se cayó, porque un par de garras le estaban rozando la delicada piel del cuello y su espalda chocó contra la pared.
—¡Letty, no! —Scott gritó acercándose a la escena, pensando que podía ser un arranque de rabia, pero no lo era porque Letty tenía un control perfecto de la fuerza que utilizaba contra Liv. —Tienes que...
—¿Qué diablos me has estado dando todos los días desde que tengo once años? —Letty no tenía ninguna teoría ¡Nada! Sin embargo, sabía que su ira se había controlado poco a poco en esos días y no hubo un estallido asesino como Colin, Liv y Miles siempre le advirtieron. —Responde o te rebano la garganta. —Scott no se creyó esa amenaza a pesar de lo que veía, pero Liv sí que la creyó.
—Solo era para aminorar tu rabia, no queríamos que lo que te llevó a nosotros volviera a... —Sintió la punta de una garra atravesarle la delicada piel que tenía junto a la yugular. —Fue idea de Colin. —Letty apartó la garra, pero no la soltó por temor a que Liv le arrojara algún hechizo. —Él necesitaba un seguro para que tu Encanto no le afectara.
—¿Mi qué? —Volvió a presionar, solo porque no le creía. Sin embargo, por primera vez en mucho tiempo Liv no olía a mentiras.
—Él siempre te vio como un arma de doble filo, así que me obligó a cubrir uno de esos lados para no apuñalarnos a nosotros mismos. —Le explicó ella y vio a Scott, que no se atrevía a entrometerse. —Él es un verdadero alfa, quiere decir que es bueno, ¿Por qué crees que no se mete en esto?
