She Wolf {Teen Wolf}

10 |Infancia asesinada|

Letty escuchaba que el hombre de la pantalla le hablaba, pero ella no podía escucharle, solo podía concentrarse en tener control, eso era lo que debía de hacer. Lo peor es que la luna llena sería esa noche, lo cual hacía que su tarea fuera mucho más complicada.

—Scarlett. —Le llamó Peter en tono fuerte para que dejara de ver al suelo. Letty levantó la mirada y las garras de su mano libre se clavaban en su palma, se sentía mareada.

—Me llamo Letty. —Escupió la niña.

Imágenes de su infancia, imágenes de como jugaban con ella, imágenes de un chico igual a Derek, pero más joven que juega con ella, una niña unos años mayor con la que hacía bromas. Todo eso la golpeó tan fuerte que despertó su lado lobo.

—Hija...

—¡Mi papá está muerto! —Ese "papi" que se le escapó de los labios fue algo que no pensó, que simplemente salió. Adentro seguían hablando, por eso nadie se daba cuenta de lo que pasaba y Derek no había sentido que faltaba su teléfono.

—Hija, estoy vivo. Mírame. —Suplicó Peter, recordando el tono dulce que solía usar solo con su hija y con Miranda, con nadie más era capaz de hacerlo y no volvió a hablar así desde ellas.

Pero en ese momento lo hacía porque su hija estaba en esa llamada, al otro lado del mundo, de eso estaba más que seguro.

—Mi papá es Deucalión. —La sangre de Peter ardió al escuchar eso ¿Qué era lo que había pasado? ¿Cómo Derek no lo llamó? Peter Hale quería arrancar cabezas y Letty también. —Tu eres...

—Tu padre real. —Sí, Letty sabía que era adoptada, pero los recuerdos que llegaban eran tantos, todo lo que había sufrido la estaba alterando y ella solo tenía once años, no podía soportarlo todo. Se estaba desmoronando. —Estrellita, busca a Derek y...

—¡Derek! —Gritó Letty, aunque en realidad fue más un aullido que cualquier otra cosa. Los adultos lo escucharon, pero creyeron que estaba jugando porque si estuviera en problemas obvio llamaría a cualquier otro, menos a él. —Derek Hale... —Susurró Letty, apretando el teléfono en su pequeña mano, dejando salir todo su mal carácter heredado. —Talia Hale... —Siguió recitando nombres de su pasado. —Cora Hale, Laura Hale... Peter Hale. —Ese último nombre resonó en su cabeza, explotando como una bomba. —Scarlett Hale. —Y ese fue el que detonó la dinamita.

El teléfono de Derek explotó en la mano de Letty por la presión que ella hizo, mientras recordaba palabras que una hermosa mujer agonizante le decía "tu padre te encontrará".

—Niña... —Alguien le llamó mientras ella tenía las manos sobre el rostro, tratando de recuperarse, pero ya no había nada más que hacer. —¿Estás bien? —Preguntó un hombre que debía de ser joven mientras Letty se clavaba las garras en la piel del rostro para lograr calmarse.

Letty gritó y ahí si todos los que estaban en la veterinaria supieron que algo malo ocurría. Salieron corriendo a ver que era, pero llegarían tarde.

Letty levantó la mirada al hombre que cargaba un pequeño perro en los brazos, solo había ido por una consulta para su pequeño amigo y eso le condenó. El pobre hombre vio los ojos de Letty, ya no eran de ese bonito azul, eran dorados y brillantes, incluso le gruñía.

El hombre se apartó un par de pasos, dejando caer a su perro al suelo y fue ahí cuando Letty le saltó encima y al morderle el cuello no era una niña pequeña la que lo mordía, era una cachorra de lobo blanca la que lo hacía, la que le desgarraba con garras y colmillos.

Letty veía rojo y no escuchaba lo que ocurría a su alrededor, solo escuchaba los gritos de su familia provenientes de una casa. Tan inmersa en eso estaba que no se dio cuenta de que todos los adultos que estaban en la veterinaria le gritaban que se detuviera.

—¡Letty! —Le gritó Scott con un gruñido incluido y Letty pareció despertar, incluso ser consciente de lo que hacía y de lo que tenía debajo del cuerpo.

El grito de un alfa fue todo lo que hizo falta para que su mente la regresara al presente, un presente que no quería y que la atormentaría mucho tiempo

Aun en su forma de lobo, Letty bajó la mirada al cuerpo sin vida que tenía debajo y que sus lindas patitas ya no eran blancas, pues su pelaje estaba cubierto de sangre que les daba a sus tiernas a todo su cuerpo un tono rojizo que en un vestido le habría parecido hermoso, pero en ella le hacía sentir deseos de vomitar, lo que le recordó que tenía el hocico repleto de pellejos.

Vio más allá y descubrió al hombre cuyo único pecado había sido acercarse a ver si estaba bien. Era horrible descubrir que quien fue una persona se había convertido en un cadáver ¡Mucho peor aún! En dos pedazos de lo que fue un ser humano, pues la cabeza reposaba a un lado con los ojos muy abiertos y el cuerpo del otro.

Soltó un aullido de culpa.

Había asesinado a alguien y se sentía avergonzada, como un monstruo.

El aullido fue tan triste que todos los demás se sintieron mal por ella. Letty no quería hacerlo ¡Jamás asesinaría a alguien! Fue todo el shock lo que la provocó.

Pero eso no evitaba que llorara como una niña y como estaba en su forma lobuna sus llantos sonaban como si se estuviera torturando a un cachorro.

—Letty... —Le llamó Malia y Letty volteó el cuello para ver al grupo. Cuando notaron el color de sus ojos todos apretaron los labios, sintiéndose mal por ella y sin entender que había pasado. —Solo ven, te prometo que estarás bien.

Letty no necesitaba un espejo para saber que esos ojos dorados que tanto le gustaban ya no eran dorados, debían de ser de un gélido azul; el azul del que se tornan al tomar una vida.

—Solo ven, Letty... —Pidió Scott con amabilidad, acercándose a paso lento hacia la niña sin temerle.

Era una niña que necesitaba ayuda y la quería, todos la querían.

Letty vio a Scott, luego a Malia, Stiles y Lydia, los quería mucho y tal vez si estaría bien, pero cuando se dio la vuelta sus patas delanteras y traseras se embarraron de algo viscoso y bajó la mirada, descubriendo que tenía las patas metidas en el estómago abierto del pobre hombre ¡Se lo había desgarrado también sin notarlo!

Volviendo a chillar vio hacia el perro que la víctima había cargado, este chillaba y lloraba, como diciéndole que era una asesina y que se había quedado solo por su culpa. Podía sentirse identificada con ese perro, porque alguien había incinerado a su primera familia y después otro alguien asesinó a su papá.

Letty vio al grupo avergonzada. No se sentía merecedora de lo que le daban, se sentía sucia y un monstruo, así que negó con la cabeza y salió corriendo lejos de ahí a pesar de que todos le gritaban que no lo hicieran.

Scott, Malia y Derek corrieron tras ella a velocidad sobrenatural, pero Letty en forma de lobo era rápida y tenía la ventaja de que cada vez que alguien la veía le abría paso, es decir ¿Quién no se apartaría de ver a un lobo cubierto de sangre corriendo desenfrenado?

Cuando llegaron al bosque la perdieron.

La búsqueda se llevó a cabo. El sheriff Stilinski puso a sus mejores hombres a buscar una cachorra de lobo con la excusa de que era peligrosa, pero que la necesitaba viva.

Stiles y Lydia buscaban a una niña desnuda y asustada por toda la ciudad con ayuda de Melissa.

Derek, Scott, Malia y Liam buscaban con ayuda de Chris Argent a Letty por el bosque de forma diferente a la que lo hacían los policías.

Horas pasaron, días pasaron y Letty nunca apareció, pero sí apareció Peter Hale, exigiendo saber en dónde estaba su hija perdida.

Esa hija se había vuelto a perder y se encontraba tan fuera de sí misma como si fuera la primera vez.