15 |Volver a casa|

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Soñar

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Soñar... Los sueños eran algo tan curioso para Letty, por no decir que eran la parte favorita de su "educación".

Colin se había tomado muy a pecho su decisión de hacerla digna participe de la manada, ilustrándola en tantas artes que los demás niños llegaron a sentirse celosos cuando no debían, porque ellos podían tener control sin necesidad de beber todos los días un tónico especial para adormecer su ira.

O esa es la mentira que siempre le dijeron y Letty creyó ciegamente.

Lucha, armamento, magia ancestral, todo eso y más le enseñaron día y noche, pero su favorita por lejos era el mundo de los sueños que, a pesar de que no lograba controlarlo cuando entraba ahí, sí podía llegar a tener una conexión perfecta con ellos.

Podía ver recuerdos antiguos, alucinaciones y demás, no controlaba lo que pasaría y no le importaba mucho que digamos porque todo era bueno. Luego cuando despertaba el golpe de realidad era doloroso.

Theo le tendió una barra de cereales y Letty la tomó, devorándola con desesperación al igual que Violet desde la parte trasera del auto. Habían pasado horas hasta que lograron encontrar un pequeño autoservicio que parecía haber sido la escena de un crimen días atrás, pero la comida según los empaques (que tristemente parecían adulterados) tenían fechas que aún no superaban la expedición.

El lobo mayor salió del auto de nuevo, dejándolas solas.

—¿Que haremos ahora? —Preguntó una vez más Violet, que estaba alterada y Letty la entendía perfectamente, con la diferencia de que Letty si sabía qué hacer y tenía más control sobre sí misma en esas situaciones.

¿Cómo no tenerlo?

Letty abrió las papas fritas y comió unas mientras vigilaba a Theo pagando la gasolina. Escuchó fijamente lo que pasaba y resultó que el hombre no le quería recibir ni un billete, afirmando que era lo menos que podía hacer por la encantadora criatura que estaba transportando.

—Mi plan hasta el momento es solo pedirle ayuda a Scott o a alguien de su manada. —Explicó con simpleza, vigilando la proximidad de Theo para que escuchara lo menos posible.

—¿Puedes confiar en ellos? —Violet, quien confiaba en que el diablo tenía redención dudaba a pesar de que Letty le suplicaba que confiara.

—Con mi vida. —Theo comenzó a aproximarse finalmente, claro que no le iba a suplicar a ese hombre, no después de que corrió al ático del lugar a buscarles ropa cuando Letty hizo el ademán de querer cubrirse del frio. —Scott es un verdadero alfa. Es bueno. Mi padre al morir me envió con él y me cuidó hasta...

—Que tus ojos se tornaron azules. —Violet la interrumpió a sabiendas de que por sí sola no podría continuar. —Letty, ahora debes de pensar en que han pasado años. Tal vez cambiaron.

—Lo dudo. —Esa manada vivía en su mente día y noche, no solo porque la mujer de sus sueños le decía que en realidad había mucha familia biológica ahí, era porque habían sido buenos con ella cuando no tenían la obligación. —Si no funciona, te prometo que nos iremos tu y yo, solas. —Letty dejó de vigilar y se volteó hacia Violet para poder acariciarle el rostro. No estaba segura de sí podría superar la vergüenza y presentarse ante ellos, pero sí podía estar segura de que jamás estarían solas si se tenían una a la otra. —No te voy a dejar sola.

She Wolf {Teen Wolf}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora