Historias cortas (más o menos) de los personajes de REvil, sin más pretensiones que el ocio y la fantasía 😏🤭😎.
T/N, la mayoría. Algunos solo no tienen nombre...
Ships, Romance, Terror, Suspenso... Todos los personajes, cualquier cosa es posible...
Este pedido lo hizo _SugarAndSpices_. Mi queridísima y amiguísima Meli. Espero que cumpla con tus expectativas 😍
Y también el estreno de las aventuras LGBTI+ 😚😚🏳️🌈🏳️🌈
Empezamos soft, pero pronto habrá más pedidos y más ships y también más XXX, porque #yolobeibi.
Ya, me calmo 🤭😚 ----------------------------📼-----------------------------
—¡¿Dónde te habías metido?! —preguntas al verla cruzar la puerta.
Ella deja sus llaves y arroja su chaqueta sobre el perchero.
—Me gustaría explicarte cada detalle, pero es lo mismo de siempre y estoy cansada... —responde con pocas ganas de ser paciente contigo.
Estaba herida, traía el brazo en un cabestrillo y en su rostro se notaba la extenuación. Pero ni esa ni todas sus heridas podían compararse a la tuya.
—¡Era nuestro aniversario, Claire. Se suponía que lo celebráramos juntas! —reclamas a medias, disfrazando con orgullo el inevitable colapso de tu garganta.
Claire agita la cabeza y se lleva la mano a la frente.
—Amor, lo siento, lo olvidé —se disculpa viéndote seguir sentada en el sofá, con la luz de la lámpara iluminando la mitad de tu cuerpo.
Arrugas la tela del cojín que abrazabas, entierras los dedos con rabia quitándole su forma y abusando de su suavidad.
—Te llamé, dijiste que te esperara.
—Sí, lo sé. Es solo que... las cosas se complicaron y...
—¡Siempre se complican! ¡Siempre pasa algo, siempre salvas el mundo y llegas tarde a casa! —te pones de pie y arrojas el cojín —. Pues bien... ¡Sálvalo todo! ¡Entrega tu vida completa al maldito bioterrorismo! ¡Aquí ya no queda nada por salvar! —te vas a empacar enfadada.
Ella te sigue y se queda en la puerta a verte arrojar tu ropa caóticamente dentro de la maleta.
—¡Fantástico! ¡Si esa es tu decisión final, me parece perfecto! Pero quizás quieras saber que no pude venir a estar contigo porque fui secuestrada por el ministro de defensa y que por poco me ahogo en ácido sulfúrico.
La miras y sientes ganas de abrazarla. Tu amada siempre se mete en los líos más intensos con la gente más peligrosa.
—De no haber sido por Leon, no estaría aquí para que me abandones... —sigue ella.
¡Leon! ¡Siempre Leon! Leon el héroe oportuno, el guapo salvavidas que está donde y cuando se lo necesita. Aparece sin que nadie lo invite, se habla de él más veces de las que puedes soportar.
—¡Qué sorpresa! Tú y tu amiguito juntos luchando y huyendo... ¡¿Cuándo vas a dejar de contarme la misma película una y otra vez, Claire?!
—¿Película? ¿A ti te parece que estar a punto de morir es una película?
—Pues no has muerto, ¿verdad? Noooo, claro, porque el "imparable Leon Kennedy" estaba ahí para rescatarte.
—Ya sé que sientes celos de él, que sin importar lo que te diga piensas mal. Pero yo no tengo sentimientos por...
—¡Ya, cállate! ¡No quiero escuchar tus excusas! —dices cerrando la maleta y jalándola hasta que cae de la cama y se estrella al suelo. La llevas rodando contigo por el pasillo con Claire siguiéndote.
—Amor, por favor. Es tarde, ¿a dónde piensas ir?
—Como si te importara...
Claire avanza más rápido hasta el pasillo y se interpone entre tú y la salida extendiendo el brazo que no lleva vendado.
—No voy a dejar que salgas... —te dice con cierto tono infantil.
Tú crees que se está tomando todo a broma y te enfadas más.
—¡Claire Redfield, voy a salir por esa puerta aunque tenga que romperte el otro brazo para conseguirlo!
—¡Pues adelante ! ¡Me dieron suficientes analgésicos, no me importa!
Refunfuñas frustrada, no tienes nada más que responder. Jamás te atreverías a lastimarla y ella lo sabe mejor que tú.
Sueltas la maleta en medio salón y regresas al dormitorio. Te encierras con la luz apagada y te recuestas sobre la cama a pensar.
Varios minutos transcurren en la oscuridad, lo único que oyes es que Claire toma un baño en el cuarto de invitados. Pobre, tendrá que usar las toallas empolvadas que ambas siempre olvidan cambiar. Piensas que se lo merece por dejarte sola con la cena sorpresa que le preparaste, aunque haya sido por algo importante.
Pero si estuvo en las buenas manos del tal Leon, entonces habrá estado todo muy divertido, y de seguro se pondrán a charlar sobre sus excelentes estrategias alguna de estas noches en la mesa. Y tú tendrás que escuchar, fingiendo que entiendes y que no te molesta sentirte excluida de sus aventuras con mutantes, y te sentirás la pequeña laboratorista que no puede competir contra el currículum y los músculos de ese rubio entrometido.
Enfadada hasta los huesos, te cubres la cabeza con la almohada y echas a llorar. Lloras y lloras hasta quedarte dormida. Es difícil decir cuánto tiempo ha pasado o cuánto lloraste antes de caer rendida al sueño, pero al despertar Claire está sentada al pie de la cama, con los hombros flojos y su suéter colgando del lado del brazo que no puede usar. Voltea a mirarte cuando nota que despiertas.
—Leon y yo ya no somos amigos... —suelta sin más.
Tú estás curiosa por saber la motivación tras aquel anuncio, pero también celosa por tener que seguir hablando de él.
—Encontramos una forma de exponer a nuestros enemigos, y, ¿qué crees? Va a mantenerla en secreto —te cuenta.
Ella quiere que la apoyes, pero tú por primera vez estás agradecida de que ese tonto le haya ahorrado problemas. No quieres que exponga a nadie que pueda vengarse asesinándola.
—¡Menudo imbécil! —dices para confortarla —. Pero dale tiempo, todo sale a la luz y tarde o temprano podrán castigar a esos malditos como se merecen.
—Sí... Lo sé... —sigue Claire y comienza a frotar tu pierna —. Pero si vuelve a suceder en nuestro aniversario, te prometo que lo ignoraré todo...
Con esto acaba de derribar todos tus muros de resentimiento...
Sonríes y te sientas, gateas hasta estar a su lado y la tomas de la mejilla. Antes de besarla le acomodas un poco el cabello, lo trae húmedo y enredado por la ducha.
—Perdóname, amor, no debí ponerme tan pesada.
—No eres pesada, solo estabas dolida y lo entiendo. Te amo, eres mi vida.
La besas, oírla decir que te ama siempre te impulsa a besarla.
—Y yo te amo a ti...
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