𝙴𝚂𝙿𝙴𝚁𝙰𝚁 𝙿𝙾𝚁 𝙴𝙻 𝙿𝙰𝚂𝚃𝙴𝙻 (𝙿-𝟷𝟸)

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Aquí otro pedido terminado, esta vez va dedicado a guitaristchick1211, mi querida y bella amiga Alex. No pongo las características del pedido porque sería delatar el final 🤭 Espero que te guste, amiga. ¡Te loveo! ❤️

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Otra vez es el tipo serio y sin acompañante de la mesa del rincón. Suele ser así en los eventos de gente feliz. Leon es perfectamente capaz de echar esos pensamientos al fondo de sus prioridades, sin embargo hoy, no puede dejar de sentirse inquieto y miserablemente solo. El jardín lleno de familias y parejas le dan la impresión de que algo está mal con él, como si su corazón estuviera lleno de malware.

Mira su reloj, quedan un par de horas de brindis y rondas de música hasta que repartan el pastel. Tamborilea los dedos en la mesa y da un sorbo a su whisky, en tanto cavila si vale la pena esperar. 

Vira lentamente los ojos a la derecha al notar una sombra, descubre a un niño que lo contempla idiotizado. Tiene el cabello rubio y bien peinado y arruga la chaqueta de su pequeño traje de gala clavándole los dedos en la solapa.

Leon se siente tan incómodo que su primera idea es ofrecerle un trago, pero luego agita la cabeza y le toma las manos para hacerle soltar su traje.  

—No lo destruyas, tu madre se enfadará —le dice muy seguro, como si conociera a su madre y conociera sus reacciones.

El niño deja ir la tela de entre sus dedillos y se va corriendo.

—Es idéntico a ti... —escucha de pronto sobre su hombro.

Salta alarmado esperando ver un arma. No hay arma, aunque sí bastante letalidad. Ada Wong está allí de pie luciendo un vestido negro, ajustado y peligrosamente escotado. A Leon no le parece muy adecuado para la ocasión, pero no se siente menos agradecido por la buena vista. 

—No te vi en la iglesia —responde sin saludar y da otro sorbo a su bebida.

—No me permitieron entrar —dice ella muy tranquila —. Aquí, sin embargo... ¿Cómo te parece que una iglesia tenga mejor seguridad que la Casa Blanca? ¿No deberías estar más atento?

—No soy guardaespaldas ni portero. Por mí, puede colarse la ciudad entera.

Ada se ríe rodea la mesa hasta estar delante de él y le extiende una mano.

—¿Quieres bailar? 

Leon la mira desconfiado, no sabe si es un truco o una oferta sincera.

—¿Esta música? —cuestiona arqueando una ceja, suena una canción lenta y romántica.

—No te lo pediré dos veces —repone Ada y se cruza de brazos.

Leon termina su whisky y se pone de pie. Juntos caminan hasta la pista. Ella posa delicadamente las manos sobre los hombros masculinos y él rodea la pequeña cintura con sus brazos. Se miran hasta que Leon desvía los ojos y mira al otro lado del jardín para distraerse de los sentimientos que ella le provoca y para asegurarse de que no haya algún tipo de atentado en gestación.

—¿Cuál de las hijas del presidente se casa? —pregunta Ada.

—La menor —contesta Leon sin interés —. ¿A qué vienes? ¿Algún contrato tuyo del que deba cuidarme? —la acusa sin ninguna pizca de confianza.

—No... En realidad... —vacila Ada, pero se decide —quería verte... —confiesa bajando la voz.

Leon vuelve a mirarla.

—¿A mí...? —pregunta sorprendido.

Hɪsᴛᴏʀɪᴀs ᴄᴏʀᴛᴀs ᴅᴇ Rᴇsɪᴅᴇɴᴛ EᴠɪʟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora