𝚀𝚄É𝙳𝙰𝚃𝙴 𝙷𝙰𝚂𝚃𝙰 𝚀𝚄𝙴 𝚃𝙴 𝚂𝙸𝙴𝙽𝚃𝙰𝚂 𝙼𝙴𝙹𝙾𝚁 🏳️‍🌈👨‍❤️‍👨 (P-16)

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La ocasión en que Leon decide que está harto de las mujeres.

Y Chris...

Chris intenta hacer que se divierta un poco.

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Chris llevaba unos solitarios y silenciosos diez minutos apoyado en el borde de la azotea, disfrutando de la vista de la ciudad y de un cigarrillo. Aspiraba y echaba el humo sin preocuparse de nada más que de no haber llevado una chaqueta. Hacía frío y su único abrigo era el escaso calor que emanaba del filtro de su tabaco.

Entonces se oyó un escándalo en la calle. En Washington DC los edificios no son tan altos, de modo que podía escuchar perfectamente la discusión de la pareja que daba por terminado el amor en plena vía pública. Chris se asomó al borde, doblando ligeramente el cuerpo para poder ver mejor a la mujer que gritaba histérica. La otra voz se le hizo familiar desde el primer instante. Y sí, ahí estaba Leon tratando de ganar la discusión, permitiendo a todos los vecinos enterarse de que, una vez más, había sido un mal novio:

—¡Pues perdóname por ser tan imperfecto!

—¡Y malo en la cama! —añadió la chica furiosa.

—¡Claro! Perdóname por eso también. Todas las veces que apareciste en mi departamento para seducirme en la madrugada me dieron la impresión de que, de hecho, ¡te gustaba dormir conmigo! 

—¡Estaba ebria! ¡Igual que tú todos los malditos días!

Un taxi se detuvo ante el desesperado brazo de la chica agitándose en el aire.

—¡Hasta nunca, imbécil! —volvió a gritar la mujer y cerró de un portazo.

Leon se quedó inmóvil, se tragó sus palabras y apretó los puños y la mandíbula. Chris estaba reclinado sobre el borde de la azotea viendo todo como si se tratara de un buen drama de teatro y él tuviera un asiento VIP en el palco. En lugar de sentir compasión, se le escapó una risilla acompañada de tos, y por esa pequeña sacudida, la colilla de su cigarro se le resbaló de entre los dedos.

El pequeño tubillo cayó a lo largo de los cinco pisos y terminó sobre el hombro de Leon y después sobre el suelo. Leon levantó la vista muy enfadado, creyendo que le habían arrojado basura intencionalmente. Pero Chris no se molestó en disculparse ni en esconder su cara de burla. Al contrario, se enderezó y sacó mechero y cajetilla para iniciar otra ronda de nicotina.

Leon entornó los ojos, levantó la colilla del suelo y entró en el edificio. Subió los cinco pisos, cuatro en ascensor y el último a pie hasta la azotea. Cruzó la puerta y caminó furiosamente hasta Chris, quien a penas había empezado a voltear al oír los pasos. Leon le lanzó la colilla a la cara, Chris la esquivó y volvió a mirarlo con cara de burla.

—¡¡¡Pon tu basura en otra parte!!! 

Chris miró la colilla volar de nuevo hacia la calle, dio otra calada a su nuevo cigarro y echó el humo para luego reír divertido.

—¡¿Quéééé?! ¡¿Qué es tan gracioso?! —le reclamó Leon en aire de pelea.

Chris agitó la cabeza.

—Esa es... ¿la sexta chica desde que te mudaste? Y llevas menos de seis meses viviendo aquí.

—¿Y tú qué demonios haces contando con cuántas mujeres salgo?

—No las cuento a ellas, cuento las veces que salen del edificio gritándote que eres malo en la cama.

—¡Cierra la boca! 

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⏰ Última actualización: Oct 16, 2022 ⏰

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Hɪsᴛᴏʀɪᴀs ᴄᴏʀᴛᴀs ᴅᴇ Rᴇsɪᴅᴇɴᴛ EᴠɪʟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora