Historias cortas (más o menos) de los personajes de REvil, sin más pretensiones que el ocio y la fantasía 😏🤭😎.
T/N, la mayoría. Algunos solo no tienen nombre...
Ships, Romance, Terror, Suspenso... Todos los personajes, cualquier cosa es posible...
La ocasión en que Leon reaparece a continuar una historia del pasado...
Bueno, amadas y amados lectoras y lectores, tras recibir sus solicitudes y valiosos comentarios, por fin hallé tiempo e inspiración para escribir la segunda parte de Mi vecino Leon. ¿Qué puedo decirles? Esto se va a poner un poco 🔞🔥
Dedicado a tod@s l@s que dejaron un hermoso comentario pidiendo segunda parte 🥺❤️
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Pasaron varios años entre mis días de escuela y mi nueva rutina de hospital. Me hice anestesióloga. No pude convencer a mis padres de que me dejaran ser escritora; según ellos, eso de escribir no da dinero. Quizás tienen razón.
Pero he encontrado tiempo para escribir a pesar de todo, aunque no me atrevo a contactar a ninguna editorial para intentar publicar, ni tampoco he tenido el valor de autopublicarme. Llevo escritos algunos cuentos cortos, tengo un par de novelas sin terminar y miles de ideas para otros proyectos.
Dicen que uno escribe sobre su vida, supongo que habrá que vivir mucho para tener mucho que decir. Pero yo no he recorrido tanto ni he tenido tantas experiencias fascinantes, así que solo escribo sobre mi pequeño mundo.
Y de entre todas las historias que tengo para narrar, siempre deseé que una tuviera más capítulos. Podría inventarlos, llenar mis páginas con fantasías sobre su pasado, su paradero, pero sabía tan poco sobre la vida de mi antiguo vecino, que no me parecía que ninguna de mis imaginaciones le hiciera justicia a su realidad.
No volví a verlo desde que se alejó aquella tarde en su motocicleta. Lo buscaba entre los rostros de extraños, lo reconocía en algunos ojos o en tipos de un porte parecido, pero nunca eran los de él. No me malentiendan, tengo que aclararlo: no estaba obsesionada con un amor platónico, solo lo extrañaba como se extraña a un buen amigo.
Se me quedaron atoradas las ganas de decirle que después de lo que hizo, no volví a tener problemas con las chicas de la escuela. Me dejaron en paz y pronto los años nos cambiaron a todas. Quería contarle que Caroline se había convertido en maestra y que era madre de gemelas, que mis padres todavía vivían en el mismo lugar, pero que yo acabé la universidad y me mudé a vivir sola, a un edificio de construcción moderna y tan lleno de gente como silencioso. Los vecinos no saludan, ni siquiera el portero, y nadie llama al timbre de tu puerta a no ser por algo muy muy urgente. Suena un tanto triste, aunque mi introversión lo agradece. Salgo cada mañana con la música inundando mis oídos y no tengo que estresarme siendo cortés.
Yo sabía que a un agente de gobierno poco podría importarle mi normalidad, pero igual quería verlo, charlar, decirle todo.
Tenía este pequeño reflejo de memoria cuando una motocicleta pasaba cerca, y si el conductor se detenía, esperaba a que se quitara el casco con la esperanza de ver una cabellera rubia ser liberada. No había sucedido, pero yo seguía esperando por costumbre. Al final me había acostumbrado tanto, que nunca imaginé que lo vería aparecer de otra manera. Por eso verlo fue tan inesperado, y por eso me salí de mis cabales.