¡Escapemos juntos!

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La turbulencia causo que el trío se desmayara, pero por fin uno de ellos se levantó, a su suerte, habían dejado de bajar, estaba confundido, enojado, asustado y nervioso, no sabía que era lo que pasaba y el por qué. Miro a sus dos compañeros quienes estaban todavía inconscientes en el suelo.

¡Chicos levántense! - Grito desesperado mientras movía el cuerpo de su compañero de sudadera verde, este de poco en poco empezó a despertar lo que lo alegro internamente.

Uuh. . . ¿Qué fue lo que sucedió? - Dijo el amante de la coca cola agarrándose la cabeza por el golpe que se había dado, lo poco que recordaba solo le hacía sentir más confundido, miro al rededor y se fijó que seguían ahí, encerrados.

¡No lo sé! Pero al parecer dejamos de bajar. - Respondio Tom buscando algo de felicidad, pero no, estaban atrapados y les tomaría una eternidad buscar una forma de salir de ese cuarto.

En vez de alegrar a su contrario lo preocupo más, el líder no sabía que pensar, ni que hacer, pero sus pensamientos de terror fueron interrumpidos cuando el pelirrojo se despertó de golpe, para empezar a dar leves quejidos de dolor, los dos restantes se quedaron a verlo por un segundo, sabían que no se lo iba a tomar demasiado bien.

¡Ah! ¿Todavía estamos aquí? ¡Que pesadilla! - Luego de aquello dió un pequeño chillido, aunque su ego lo ignorara, en el fondo se sentía algo culpable por haberlos traído aquí a costa de saber los peligros, soltó algunas lágrimas mientras se abrazaba a si mismo con miedo, ahora él y sus amigos estaban atrapados, sin saber cuánto tiempo.

Tom y Edd solo lo veían con algo de pena, el amante de la coca cola iba a decir algo hasta que el piso empezó a temblar, no era buena señal ¿Acaso de nuevo iban a bajar?

¡No de nuevo! - el de cuencas se tiró al piso mientras ponía sus dos brazos sobre su cabeza, pero estaba equivocado, no empezaron a bajar.

Unas pequeñas compuertas se abrieron desde la parte superior de el cuarto y varias cajas como medianas y grandes comenzaron a salir de estas.

AHH ¡Las cajas asesinas nos atacan! - el narcisista grito y se hizo bola por algunos golpes que recibía por las cajas que le caían encima.

¡No, no! ¡Son solo cajas! - El pelo castaño le dijo para tratar de calmarlo a la ves que intentaba esquivarlas, eran demasiadas y peor, no tenía idea de que era lo que tenían adentro ¿Tal vez alguna bomba? No quería golpear una arriesgarse como la otra vez que golpeó algo.

¡Que molestia! ¡Ahora debemos de lidiar con cajas! - Igual que Edd el de sudadera azul esquivaba las cajas e agarraba las más livianas para intentar averiguar qué eran lo que tenían adentro, pero al habitación ya se encontraba casi inundada de cajas, por poco no se podían mover.

¡Les dije! ¡Cajas asesinas! ¡Me aplastan! - Grito de nuevo el pelirrojo mientras sentía más presión por tener un montón de cajas encima.

Matt, deja de moverte, solo harás que te presionen más. - Ordenó el de sudadera verde para tratar de calmar a su compañero mientras trataba de salir de aquella situación lo más sigiloso que podían para no causar un derrumbe.

¡Este es mi último respiro! - Respondió dramáticamente sin escuchar las palabras del de pelo castaño, pero antes de que el anterior le dijera algo, el sonido de la puerta abriéndose se escuchó, haciendo que los chicos se quedarán en silencio.

Pequeños murmullos provenientes de gruesas voces se escuchaban en la misma habitación ¿Eran personas? Al parecer no los habían visto por las múltiples cajas que los aplastaban, Edd pensaba en pedirles ayuda para salir de aquí, pero tenía miedo, no sabía si eran de fiar o probablemente eran igual de ratas que el enfermero que se encontraron.

Somos Iguales | TORDTOM Donde viven las historias. Descúbrelo ahora