Somos Iguales | TORDTOM

Una noche fría

Con su cabeza, se apoyo en la pared, saco su teléfono de su bolsillo y trato de usarlo, pero no había internet, y por alguna extraña razón sus datos no funcionaban, simplemente no había cable. Estaba demasiado tenso, hace media hora Paul y Patrick había ido a sacar a los chicos de aquella ventilación, prefería que al menos se lo hayan llevado, aún con el riesgo de que lo capturen, queria estar ahí, tal vez lo distraería de su desgracia.

Y para agregar, cada vez más oía pasos y voces fuera de la habitación, aveces creía que era por estar en un espacio cerrado por tanto tiempo, tal vez lo estaba volviendo un paranoico, el deseo de salir y ir por los chicos lo consumía, pero sabía cuáles eran las consecuencias, Paul se lo había quedado demasiado claro. Tord rondaba por aquí como perro por su casa, por lo que entendió era como algún general de alto rango, y claramente no era el mismo.

Estúpido Tord y sus estúpidos inventos - El recordar el rostro del de cuernos le traía un mal sabor a la boca, recordaba con claridad su último encuentro, prefería creer que había acabado con ese chico y que no volvería a molestarlo a él y a sus amigos, pero no apunto bien.

Un fuerte golpe fue dado a la pared, ahora sus nudillos sangraban y el puño le dolía como el infierno, pero no se quejo ni se atrevió a mirar.

¿Por qué siempre tienes que estar ahí en mis mejores momentos? - Volvió a quejarse, ahora se recostaba en el suelo, el golpe lo había dejado algo exhausto y necesitaba descansar un poco, necesitaba calmarse rápido o haría una locura.

Para poder descansar, en su pequeña mente se imaginaba a él tomando tequila mientras estaba tirado en el sofá, probablemente si no estuviese aqui, estaría así en su casa, sin preocuparse del peligro, totalmente relajado mientras esperaba a que los chicos llegarán de las compras o terminarán cualquier actividad que estaba realizando.

Aun así imaginaria escenarios en dónde se encontraba feliz, su mente le seguía recordando que los chicos estaban en peligro o que tal vez Paul los haya traicionado, había tantas posibilidades en contra.

Se sentía como un pequeño loro en una jaula de metal, inmovil, a pesar de revolotear por todo el lugar no podía salir a menos que su dueño se lo permita. . . Pero él no era un loro, ni menos estaba atrapado aquí, tenía la opción de poder cruzar la puerta.

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Patrick abrió el refrigerador y vio que el agua ya se había congelado - Listo, tráeme una bolsa. - Dijo y Paul hizo caso omiso, agarro una bolsa de plástico y echaron los cubitos de hielo a esta.

Salieron de la vieja y oxidada cocina y emprendieron su pequeño viaje hasta el sótano, mientras lo hacían, Patrick se fijó en el chico del de cejas pobladas, quien cargaba una expresión de angustia y cansancio, por un lado lo podía entender, este día no había sido el mejor, pasaron tantas cosas que no podía ordenarlo, y ahora con un problema más grande como lo era Tord, todo parecía irse colina a bajo.

Hey, no te aseguro que todo va a salir bien, pero mantente. . . - Patrick trato de buscar en su diccionario alguna palabra que pudiera definir aquel crudo momento, pero no tenía otra - ¿Positivo? - Hizo una mueca, lo que ocasiono una pequeña sonrisa en los labios del contrario.

Tú dándome consejos motivacionales, estoy delirando. - Ante las palabras de Paul, este recibió un puñetazo en el codo, lo que provocó una carcajada, a pesar de ser participe de un momento tan caótico, bromear sobre el mal genio de su compañero lo reconfortaba de la culpa.

El momento fue lindo para los dos, pero de nuevo todo el calido ambiente se fue para abajo cuando llegaron a la puerta que conducía al sótano, se miraron entre sí, y bajaron, lo que encontraron fue a un hombre de uniforme militar sentado en una silla, y por el otro extremo a dos chicos que seguían tirados en el suelo, a ojos de Paul, casi nada interesante había pasado, lo que agradecía.