Somos Iguales | TORDTOM

Reconfortante

Las puertas de metal se abrieron, dando paso a un laboratorio un tanto tenebre y espantoso. Cómo era de esperarse, por lo poco que podía ver, habia una cantidad considerable de lo que parecían ser experimentos, algunos papeles en el suelo y una que otra persona con una bata blanca. Pero nada de eso era relevante, todo a su alrededor era desconocido y le generaba un gran rechazo.

— Aquí trabajaremos, acostumbrate — Dijo Tord con una sonrisa engreída.

— Lo que sea — El de pelo puntiagudo todo los ojos y camino un poco hasta que se choco contra una mesa — ¡Ay demonios!

Tord se desconcertó un poco por la torpeza de el chico bestia, pero de inmeadiato recordó el porque el joven usaba lentes.

— Diablos, eres casi que, un inválido — El líder rojo soltó una leve risa y tocó el hombro de Tom — Déjame llevarte, no quiero que arruines mis pertenencias — Tord ofreció su brazo para guiarlo a través del lugar. Tom vaciló un poco , y de inmeadiato rechazo la propuesta.

— ¡No soy un inválido! Puedo hacer las cosas solo ¡Mírame! —  Tom se puso rígido y volvió a caminar por el laboratorio, hasta denuevo chocar con una de las mesas de manera patética.

Tord miraba la escena escéptico, era una completa tontería lo que Tom estaba haciendo, pero no lo regañaba ya que le parecía un tanto gracioso verlo sufrir un rato.

Luego de unas cuantas quejas por parte del chico bestia, el líder rojo lo jaló del brazo para obligarlo a caminar — Tal vez deberia de darte un bastón, parecerias una vieja.

— Sería bueno si no insultaras a las señoras ancianas con problemas de visión ¡Gracias! — Respondió Tom en un tono serio, no iba a dejar que alguien como Tord lo insultase — ¿Y tú no deberías de usar un sombrero de pirata? — Tord levanto una ceja confundido — Manco y sin un ojo ¡Eres el perfecto pirata! — Las mejillas de el líder rojo se coloraron rápidamente de la rabia, y empujó a Tom con cierta hostilidad, quien casi perdía el equilibrio pero siguió riéndose.

— ¡Podría destrozarte con este brazo! — Las exclamaciones desesperadas de Tord habían llamado la atención de algunos cuantos trabajadores, quienes miraban la escena estupefactos. El de cuernos retomo la compostura y apretó contra el hombro de Tom.

— Mientras estemos en público, con mis trabajadores, te vas a guardar tus comentarios.

Tom hizo una mueca y gimió un poco ante el toque brusco — Lo que sea, solo continuemos con esto.

El de uniforme rojo le dió una última mirada y lo guío hasta su destino, al llegar Tord tosió un poco para llamar la atención de todos los presentes. Si bien algunos habían visto ya a Tom, se quedaron un poco asombrados al verlo de cerca, demostrando sus partes mounstrosas, en especial su cola, la cual se movía de un lado para el otro debido a la ansiedad de estar siendo observado por extraños.

— Subordinados, como ya podran notar, tenemos enfrente un espécimen especial — Tord continuo hablando de el chico bestia como si fuera algún tipo de fenómeno de circo, lo que ponía a Tom incómodo, le había dicho claramente que no quería ser tratado como un conejillo de indias, pero nunca se puede confiar en un mentiroso.

— ¿No llegaría a ser volátil? — Pregunto una señora con cierta incertidumbre.

— Si se le trata con los cuidados respectivos, será el perfecto sujeto — El líder rojo dió unos leves golpecitos en la espalda al de sudadera azul — ¿Verdad que si Tom?

Este apretó los puños y dudo, aún así, asintió con la cabeza fijando la mirada al piso. Era un momento incómodo y inquietante, Tord le hizo una seña para que siguiera caminando a lo largo del lugar.