Desgracia tras desgracia

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El peli rojo fue arrastrado hasta la oficina del líder rojo, él no se impuso en ningún momento, por que tenía miedo y a duras penas podía mover los pies, se sentía como si estuviera en una parálisis del sueño, y Tord era su demonio. Cuando entro junto con los dos soldados, lo cargaron hasta la silla cerca del escritorio para comenzar a amarrarlo de pies a manos, ahora sí de verdad no podía moverse ni aunque quisiera.

¿Podrían ser un poco más suaves? - El narcisista se extremecio en su lugar con una sonrisa tonta, pero su expresión desapareció cuando uno de los soldados le dió un golpe en el rostro.

Deberías empezar a callarte, princesa. - Fueron las últimas palabras que escucho de esos hombres, pues detrás de ellos apareció Tord, como si todo este tiempo hubiera estado vigilandolos.

Muchas gracias Brock, Steven, pueden irse. - Los antes mencionados se sorprendieron al escuchar la voz de su jefe, pero de inmediato reaccionaron y asintieron para luego irse en fila.

Cuando la habitación solo tenía adentro a Matt y Tord, el de uniforme rojo se sentó en su propio escritorio, sacando una de los cigarros que le robó a Patrick, lo encendió, pero en vez de fumarlo, dejó que la llama se prendiera, y lentamente la acerco a la piel de Matt, ocasionando la desesperación del afectado, quien empezó a sacudirse para alejarse. El fuego empezaba a generarle quemaduras en los cachetes, aquella reacción género la risa del contrario.

¡No mi cara! - Movió con manía las manos y pies, pero era inútil, lo único que ocasionaría sería caer al suelo junto con la silla, pero aún así Matt no se jactaba de el hecho, nisiquiera sabía por que estaba ahí.

Tord apagó el cigarro con una de sus manos, y luego lo boto al tacho de basura más cercano, al principio le había parecido gracioso el dolor de Matt, pero de tanto escucharlo lo agotaba.

Matt - Tord lo llamo de manera demandante.

¡AHHH! - El pelirojo se seguía retorciendo en su lugar como si estuviera apunto de morir.

Matt - Tord intento colocar su mano en el hombro del narcisista, pero este se alejo con fuerza.

¡AHHH! - El de sudadera verde aqua seguía sin hacerle caso.

¡MATT, MALDITA SEA! - Golpeó la mesa con su puño.

El pelirojo se quedó callado y trago saliva con dificultad, el de uniforme rojo se notaba furioso y lo único en lo que pensaba eran las miles de formas en las que torturaria a Matt.

Sé que sabes más cosas de las que dices - Tord dió un leve chasquico a la frente del narcisista, quien respondió agitando la cabeza en señal de negación, los recuerdos de Matt flotaban por el mar, solía olvidar las cosas con rapidez, y pocas veces solía analizar las cosas.

¡Te juro que no sé nada! ¡Soy muy hermoso para pensar! - Gritó exaltado.

¡Pues empieza a usar la cabeza desde ahora! - El chico con un parche en el ojo tomo los gachetes de Matt con brusquedad, generándole dolor al afectado. - Solo así puedes sobrevivir aquí.

Los ojos del narcisista se cristalizaron, temia por su vida, por la de sus amigos y podría decirse que por el estado de su ex compañero. El líder noto su expresión, por un momento sintió lastima, no sabía si él se había vuelto más idiota al pasar los años, o Matt era el idiota. Soltó su rostro y se levantó de su escritorio, de unos de los cajones saco una tijera y empezó a cortar las cuerdas que mantenían apresado al de sudadera verde aqua y lo libero.

No te despegues de mi Matt, te mostraré algo. - Con uno de sus dedos Tord hizo una seña para atraer la atención de Matt y que lo siguiera.

¿Quién eras denuevo? - Ante tal pregunta el líder se llevó una mano a la cara.

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