Pierre

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La vida de lujo es privilegios de unos pocos,  o mejor dicho, la suerte de unos pocos. Nunca imaginé que siendo una estudiante de gastronomía estaría en un lujozo yate en las costas de Montecarlo y sólo por salvarle la cita a la prima de una compañera de clases. 

Me alejé de la multitud extasiada, deseaba unos rayitos de sol en mi piel antes de que este comenzara a ocultarse y ya no bronceara u abrigara.  Todos estaban en el extremo sur y yo caminé hasta el extremo norte, pero resultaba que ya alguien había ocupado el lugar en el cual planeaba estirarme a tomar color.

Desde un costado pude observar que se trataba del rubio más coqueto del yate, del cual todas habíamos puesto un ojo, pero que rápidamente lo habíamos sacado cuando vimos lo veloz que desechó a dos chicas. Un beso y ya, una cogida y ya. Era lo que mundialmente conocemos como ''rompe corazones'' o el chico del cual tienes que decirle a tu amiga ''Amiga date cuenta''.
Era bello, para mi gusto lo mejor que había en yate, sobretodo por la mirada desnudante que daba cuando cruzabas mirada con él. 

Yo, felizmente, le cocino lo que pida. 

Me iba a retirar despues de haber reflexionado mientras lo miraba escondida cuando sentí su gruñido y sus frías palabras.

-¿Te aburriste de la vista o qué? 

Quitó el paño que cubría sus ojos y giró su cuerpo en mi dirección, suspiré y solté una sonrisa nerviosa, la verdad no me había aburrido de verlo, jamás pasaría algo así.

- Venía a tomar sol, pero ví que estaba ocupado -respondí- ya me iba

El fránces, al cual la mayoría llamaba por su apellido, Gasly sonrió ironicamente y se sentó, haciendo que su abdomen brillara contra el sol, yo ni siquiera era capaz de ver sus piernas porque podría botar saliva y evidenciar mi idiotez ahi mismo.

- Puedo hacerte un espacio, siempre y cuando bebas una cerveza conmigo.

-No será problema.

Tomé su mano para poder subirme hacia su lado, estiré mi pequeña manta y coloqué mis gafas, él tenía la cerveza destapada para que yo diera el primer sorbo.Era una maravilla la vista que tenía para cualquier dirección, el mar, el sol y el rubio.

Su mirada me intimidó, y más cuando sonrió con pinta de cabrón.

- ¿pretendes tomar sol con ese vestido puesto?

Pude sentir la sangre subir hasta mis mejillas, quite la mirada de sus ojos y ví directo al mar.

- Venga ya, quítate eso sin vergüenza...no eres a la primera que veo con bañador.

Busqué el tirante que sostenía el blusón y lo desamarre, haciendo que este cayera de mi cuerpo rápidamente.

- Dicen que eres una muy buena cocinera...

Bebí un sorbo del frío botellín verde y miré en su dirección, sus ojos estaban observando cualquier detalle de mi. 

- Eso dicen...

- Es lamentable que no me confirmes lo que me dijeron, busco una cocinera hace mucho y nadie cumple mis estándares.

Reí, no estaba hablando con el Rey de Inglaterra como para que tuviera un estándar de comida, lo más probable es que su dieta sea bastante sana, o por lo menos eso podia ver con su impactante físico.

- ¿Qué tipo de comida prefieres?

- las que se sirven en la cama.

Tragué saliva inmediatamente, y más cuando ví como no quitaba su mirada de mis piernas. Era extraño, porque no me sentía incómoda, todo lo contrario, me gustaba el tono de sus palabras.

ONE SHOTS- F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora