Daniel

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Giré a la derecha la llave que abría mi buzón y de forma inmediata saltaron algunas cartas que recalcaban mi vida adulta. Mi celular sonó y vibró, reí al darme cuenta que se trataba de Ricciardo.  Jugarle esa broma fue lo mejor que se me había ocurrido desde hace un tiempo,  hubiera deseado verle la cara cuando leyó mi mensaje '' Fue un gusto jugar contigo'', debió estar furioso, golpeando un saco de box o queriendo subir a un carro a conducir a 300km/hr. 

Daniel y yo nos conocimos en vacaciones gracias a mis terribles habilidades para conducir, choqué su lujozo auto por detrás, no había alcanzado a frenar y terminamos intercambiando números para que yo pagase los daños que provoqué. Sin embargo, el día en que quedamos en juntarnos para yo cumplir mi palabra, terminamos cogiendo en su camioneta. Desde aquella vez cogemos cada vez que nos vemos o acordamos vernos, siempre y cuando nuestros horarios nos permitan. Él viaja a menudo y ni siquiera vive en Melbourne, y en mi caso, la universidad y mis deberes me mantienen bastante ocupada, tanto así que habíamos implementado el sexting.

Daniel era un ser un humano genial, era gracioso, educado, detallista y muy ardiente, y según él, yo no era sólo una ''cara bonita'', que le gustaba la forma en la que pienso, en la actuo y en cómo busco la forma de reir cada día. Ya se nos habían escapado un par de ''te amo'' en las noches alocadas que se nos ocurria vivir. Me gustaba mucho, pero entendía que su realidad era completamente distinta a la mia y que al pasar de un tiempo esto podía acabar tragicamente o exitosamente. Su estilo de vida era de ese modo, ser piloto era vivir del éxito o la tragedia, y eso se extendía para establecer relaciones amorosas. Daniel tiene 33 y yo 23, él tiene su vida y yo estoy por terminar la universidad para ingresar a trabajar en algún lugar que me lo permita, y ahí acabará todo... aún puedo escaparme con él, pero cuando ingrese al mundo laboral, todo acabará y yo estaba enterada de eso.

Sonreía cada vez que el celular sonaba, se enfadaría cuando le fuera a responder que era una broma. Abrí la puerta del apartamento que me otorgaban, algo simple, una pequeña cocina junto a la entrada de la cual inmediatamente saque un vaso de agua, riendome y viendo sus mensajes de confusión ''¿DE QUÉ DIABLOS HABLAS?'', ''CONTESTA EL LOS MENSAJES'', ''ME DEBES UNA EXPLICACIÓN'', ''NI SABES A LO QUE VAMOS A JUGAR CUANDO TE VEA'', ''CONTESTA''. 
Iba a estar enojado conmigo, pero me gustaba el último mensaje.  Tiré el bolso a la cama y fue a la ventana, debía abrirla si quería fumar un cigarrillo antes de colocarme a elaborar mi informe, quité la camisa que me cubría para colocarme una polera holgada, obsequio de Dan. 

Abrí la cajetilla y saque uno de los largos cigarros entre mis labios y lo encendí con un mechero que se alojaba en la orilla de donde me apoyaba, quité mis zapatillas y calcetas para sentir el frio piso.
Al tomar el celular para enviar un mensaje, pude sentir dos manos tomar mi cintura y apegarme hacia un cuerpo fornido, dí un brinco del susto, tiré mi cigarro de casualidad hacia la calle, me giré con susto y pude ver los ojos cafés de Daniel, buscando una respuesta y una venganza. 

-¿Qué signfica eso de '' Fue un gusto jugar contigo''? 

Su voz ronca golpeaba mi cara, estabamos a sólo unos centimetros y él tenía el total control de mi, me encontró vulnerable dentro de mi espacio, además, ni siquiera sabía que estaría aqui, él me había dicho que estaría en Mónaco, en su casa.

- y ahora no respondes, ni te ries...

Susurró agarrando aún más fuerte mi cintura y apegandome aún más a él, gemí cuando senti su nariz hundirse en mi cuello, le brindé inconsientemente todo el espacio.

- Dan... ¿qué... qué haces acá?

- Quería darte una sorpresa, pero cuando ya estaba acá leí tu mensaje... asi que sólo me quedó la misión de sorprenderte con mi forma de vengarme.

ONE SHOTS- F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora