Capitulo 5

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Mew;

Desperté casi a media noche, desde que llegué en la tarde y me divertí con mi pequeño habíamos dormido, él solía dormir mucho, y sinceramente no me importaba dejarlo dormido.

Tenía la cabeza de gulf en mi pecho, yacía durmiendo tranquilamente, acabo de descubrir que mis latidos lo arrullan.

Se veía adorable, un rayo de luna se asomaba por la ventana, y chocaba contra las delicadas facciones de Gulf: sus cabellos brillaban, sus pestañas revoloteaban cada que se reacomodaba sobre mi piel, era tan cálido.

Demasiado para mi.

Nunca fui un chico que se enamorara, y aunque veía a mis padres contentos con su relación, con apenas dos peleas serias en todo su matrimonio, no me apetecía ir de la mano con alguna persona por el parque.

Era tierno pero no era lo mío, prefería experimentar mi sexualidad y aprovechar mi belleza mientras podía, odiaba que se enredaran de más conmigo.

Y casi siempre buscaba a alguien nuevo cada noche, exceptuando a Tul y a Megan; el primero era mi mejor amigo, las ganas nos comían a veces, y con ella renovaba el trato cada que quisiera, al fin y al cabo siempre está a mi disposición.

Con cuidado de no despertar a gulf me levanté al baño, con suerte tenía el sueño pesado y pude hacer el ruido necesario sin problema en que fuera a despertarse.

Cambié mi ropa y llamé a tul, quien me hizo notar por el ruido exagerado en la llamada que estaba en alguna discoteca, la cual visité al instante de saber su ubicación.

Dejé una nota de voz en el nuevo teléfono de gulf en el caso de que despertara y preguntara por mi, ya que leer aún seguía siendo algo difícil para él.

"Bebé, tuve que salir a hacer un favor, no te asustes, llegare pronto a casa".

Después de repetir por tercera vez el audio, dejé el teléfono en la mesita de noche, y abandoné a Gulf por enésima vez.

_____________💫

Logré llegar a tiempo, quité mi ropa quedándome con la interior y volví a meterme a la cama junto a él, no sin antes borrar el mensaje de voz.

Di una mirada rápida a su rostro, su piel pálida resaltaba con el color granate que pintaban manchas en la piel de su cuello, por las nuevas marcas que había hecho esa noche.

Y sus ojos estaban hinchados y húmedos, me acerqué y pasé mi dedo por las lágrimas aún frescas en sus ojos, acción que hizo que los abriera por accidente.

— ¿Mew? —. Un triste y tierno puchero adornó su labio inferior, y las lágrimas volvieron a inundar sus bellos ojos marrón.

— ¿Por qué lloras, pequeño bebé? —. Acaricié su sien con mi pulgar, pudiendo observar como relajaba los músculos de la cara lentamente.

Gulf gozaba de belleza increíble, con un cuerpo con curvas justas para un hombre y con un timbre de voz incluso bastante lindo, pero era} algo retrasado y tonto, y a nadie le gustan los retrasados, ¿cierto?

— S-soñé que... —. Un sollozo interrumpió el relato de Gulf, sequé sus lágrimas con mis delgados dedos y le hice una seña para que prosiguiera hablando.

— Soñé que dejabas a gulf solo, ¿Vas a dejarme solo? Megan dijo que los sueños se hacen realidad —. El terror de si quiera imaginarse la idea hacia brillar los ojos de Gulf, estrujó mi brazo y se refugió en mi pecho.

— ¿Crees que Mew te dejaría? —. Lo miré, y joder, que gran error.

Observé una obra de arte: el sol reflejaba rayos en su piel pálida, me perdí un momento en el marrón casi miel que me miraba profundamente, aunque Gulf no lo supiera, padecía de poder a veces matar con su mirada, simplemente podría quedarme mirándolo todo el día, nunca me cansaría de perderme en sus ojos.

Sacó apenas su lengua y humedeció sus labios con ésta, el puchero había desaparecido. Sin dejar de mirarme, se acercó hacia mi y dejó un beso en mis labios, un corto y casto roce de labios.

— Mi Mew no dejará a Gulf nunca, si lo hace, gulf no dejará de llorar, cerraría sus ojitos para siempre como hizo la abuela —.

Con esta última frase se refería a la muerte, sentí como algo dentro de mi cabeza gritaba que abrazara fuertemente a Gulf y le prometiera que me quedaría para siempre con él, pero el hambre pudo más conmigo, y me levanté de la cama.

— Si bueno, tengo hambre Gulf, ¿Que quieres desayunar? —. Mi tono había cambiado, era más suave pero duro a la vez.

No tengo idea de que me había pasado anoche, ya que al llegar al lugar sentí un fuerte sentimiento negativo dentro mío, y recordé a Gulf acostado solo en las sábanas.

Me entraron unas ganas de correr a ir casa a abrazarlo, besarle el rostro y quedarme junto a él toda la noche.

Me fui de aquel lugar y regresé caminando a casa, confundido conmigo mismo, mientras le daba vueltas a la verdad que la voz en mi cabeza gritaba.

¡Culpable! Él está solo y triste allá, y tu follando con diferentes personas todos los días.

Él me quería, ¿Por qué yo no a él?, Esta pregunta continuaba carcomiendo mi poca cordura, no encontraba respuesta a ello aún. Tal vez era mi orgullo, que no quería ser manchado por culpa de un niñato inmaduro y estúpido como lo era gulf. Tal vez era por vergüenza, porque no quería que supieran que tengo sentimientos por un retrasado como Gulf.

O tal vez, y sólo tal vez por el miedo de lastimarlo, de no ser lo suficiente para él.

No, eso definitivamente no. Nunca me preocupé por lastimarlo, al final de cuentas él es lo suficientemente inmaduro para comprender eso.

Su dulce voz me despertó de mis pensamientos, un escalofrío recorría mi espina al momento en que su mirada perforó mis ojos.

— Gulf quiere panqueques con miel y leche —. Sonrió, dejando ver su amplia hilera de perlas blancas que adornaban su cavidad bucal, sonreí también.

— Entonces eso será —.

Little baby -MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora