Capitulo 16

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omnisciente;

El castaño limpió sus mejillas y sorbió su nariz, sonriendo ampliamente.

— ¡Gulf, hola! U-uh hola, y-yo...

— ¿Quién habla? —. Gulf preguntó mientras sostenía o intentaba sostener correctamente su celular, pues Meen lo estaba molestando para que colgara y volviera a la cama a reanudar sus partidas del juego que estaban jugando.

— Déjalo Gulf —. Meen maulló y Gulf soltó una risita.

Mew  tragó saliva y suspiró. — Soy Mew, Mew suppasit. Tu y yo nos conocíamos antes de tu accidente, sé que es muy raro pero-

La llamada se cortó y Mew frunció el ceño, sintiendo sus mejillas humedecerse más mientras murmuraba "no" una y otra vez, intentó volver a llamar pero era inútil, pensó que quizás era la batería de Gulf o un error de línea, hasta que entonces pensó en que, por la mentalidad de Gulf, su madre tenía control de su teléfono y sus llamadas.

Bufó y guardó su celular, arrancando con la mente vacía luego de escuchar varios autos gritarle y pitarle por quedarse detenido, todo en su vida comenzó a ir de mal en peor desde que dejó a Gulf solo en su casa, desde que lo obligó a quedarse en su casa.

No.

Él sabía que su primer y más grave error era haberlo tratado como un juguete desde el inicio, ¿por qué?

No había una respuesta clara, sólo ideas borrrosas y estúpidas de las cuales no podía rescatarse mucho a decir verdad, Gulf nunca fue malo con él desde que lo conoció, entonces ¿por qué siempre fue así con él? Siempre intentaba ignorar sus intentos de hacerlo sonreír o de hacerlo sentir bien, reemplazándolos por sexo, alcohol y fiestas.

Comenzó a marearse y, quién sabe cómo, volvió a dar hasta la casa de su amigo tul, estacionó y volvió a bajar, la temperatura siendo más templada y así permitiéndole al mayor bajar sin problema a esperar que le abrieran la puerta luego de insistir 3 veces con el timbre.

— ¡Dije que ya voy! —. Tul avisó, se vistió con un pantalón pues se había acostumbrado a caminar con shorts o ropa interior siempre dentro de su casa y al abrir la puerta, no pasaron ni 2 segundos en lo que un deteriorado y lloroso Mew se le abalanzó al cuello.

Tul jadeó de sorpresa y también lo abrazó, escuchándolo sollozar y gemir mientras lloraba, frotó su espalda y suspiró, intentando descifrar qué le sucedía.

— Ya, estoy aquí, pasa —. Intentó consolarle mientras daba pasitos hacia atrás, Mew cerró la puerta y se sentaron en el sofá. — No te preguntaré por ahora... Si te hace sentir mejor llorar, hazlo primero y luego, si tú quieres, puedes contarme y yo podré aconsejarte.

Mew recargó su cabeza en sus piernas y sorbió su nariz, asintiendo y comenzando a hablar.

_______________💫

— ¡Meen! No hagas eso de nuevo —. Gulf soltó una risita, golpeándole suavemente en la frente. — Creo que era importante...

— ¿Quién era? —. Preguntó el pelimenta mientras asignaba una nueva carrera en Mario Kart.

— Mew suppasit o algo así, no me dejaste escuchar —. Dijo sin importancia, pero Meen se preocupó aunque no lo mostró.

— ¿Y qué más te dijo?

— Que me conocía por la escuela y... —. Se detuvo, meen lo miró buscando una respuesta completa. — ¿Estás celoso? —. Soltó una risita. — Apenas llevamos hoy conociéndonos, no intentes celarme o algo así, creo que le devolveré la llamada a aquel chico...

Dijo con una sonrisita, quería molestar a Meen pero en el fondo, muy en el fondo, en realidad quería saber quién era Mew suppasit y por qué su voz lo había puesto nervioso, al igual que quería saber por qué lloraba y por qué se escuchaba tan emocionado.

Tantas preguntas sin ninguna respuesta, pero con Meen animándolo logró despejar su mente por un rato, reanudaron las partidas de Mario Kart y luego de unas risas, la señora Kanawut llegó y despidió a Meen junto a Gulf, obviamente anulando cualquier beso entre ambos.

Apenas la madre cerró la puerta, gulf rió cubriendo su rostro en sus manos, haciendo sonreír y fruncir el ceño a su madre, quien se encontraba confundida. — ¿Qué sucede contigo?

El castañito suspiró y le sonrió ampliamente a su madre, se sentaron en el sofá y comenzó a contarle sobre aquel pelimenta, mientras su madre lo escuchaba y callaba, pues al verlo tan contento con aquel muchacho, Mew ya no le haría falta.

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El día había terminado correctamente y ahora Gulf se encontraba en su cama, mensajeando a Meen quien lo tenía sonriéndole a la pantalla de su celular, de repente un mensaje se asomó en la parte de arriba de sus notificaciones, lo abrió a pesar de ser de un número desconocido.

Desconocido.
¡Hola! Soy Mew Suppasit, el chico que llamó esta tarde.
Quería hablar contigo un rato, si es que puedes y me dejarías hacerlo.

Gulf.
¿De dónde eres?
¿Por qué me conoces?
¿Cómo supiste de mi accidente
y cómo sabes mi número de celular?

Más de cuarenta minutos hablando por chats y audios les bastó para conocerse, además se llevaban muy bien, Mew era muy amigable y se le hacía conocido, y a los ojos de Mew, sentía su alma volver al cuerpo cuando volvió a hablar con su pequeño.

Su pequeño... ¿Aún lo era?

Mew suppasit.
Bien... ¿Podemos vernos apeas vuelvas?
Cualquier día está bien para mi.

Gulf mordió su labio, no sabía si aceptar era lo correcto, pues no conocía de nada a Mew suppasit y además no el había comentado nada a su mamá aún, suspiró y volvió a mirar su teléfono, el cual marcaba 3:20 am exactas.

Gulf.
Volveré a Tailandia esta semana, yo te aviso cuando pueda ir.
Sólo no le comentes a nadie, por favor.
No te conozco y no sé habrá más gente como tú que me conozca,
así que por favor, no le digas a nadie más.

Mew, quien miraba por su ventana, sonrió ampliamente al ver aquella respuesta y asintió a pesar de que el castañito no podía verlo.

Mew suppasit.
¡Genial! ¡Bien!
Prometo que no diré ni una palabra.
Confía en mi.

Aquella noche, ambos chicos se fueron a dormir cómodos, ambos extrañamente felices y emocionados por verse el uno al otro, Mew tenía sus razones pero Gulf...

¿Él por qué estaba ansioso?

Tampoco tenía idea del golpeteo tan intenso que su corazón daba en su interior, ni la razón para sus manos transpiradas, mucho menos su sonrisa al mirar el teléfono, tal vez era por Meen, pero el mayor se había ido a dormir a las 12 en punto, y junto a Mew duró tres horas más, tres horas llenas de risas por bromas sin sentido.

Bromas que él sólo parecía entenderlas.

Su mente se sobrecargó y su cabeza comenzó a doler, el doctor le había dicho que, cada que "recordara" algo o cuando su mente hiciera click con alguna persona, objeto o lugar, entonces lo escribiera en una libreta, pero lo haría mañana, estabatan agotado que no tardó ni diez minutos en dormir, con una sola persona de último pensamiento.

Mew suppasit, ¿Quién eres?

Little baby -MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora