Hasta en la noche estrellada

CAPÍTULO VII "Saldando deudas"

¡Advertencia! En este cap se muestran escenas explícitas y de violencia. Por favor leer con precaución.
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Annabeth

Lugar: Mansion Bennet (Francia)
Día del Baile.

Caminar por los jardines de mi casa es una de las pocas cosas que más disfruto, casi nunca paso tiempo en este lugar. Siempre estoy de un lado a otro y nunca tengo tiempo de siquiera visitar a mis padres.
«Todo sacrificio tiene su recompensa» intento darme ánimos con las palabras de mi padre, hace tanto que no lo veo.

Por alguna extraña razón hoy amanecí nostálgica, extrañando cada partícula de mi hogar, mi habitación, mi padre, incluso a Dorotea que es lo único que me queda aquí. Lo cual es insólito porque mis días en este lugar fueron un infierno. Han sido unos largos y duros años. Escucho la puerta corrediza moverse y mi mejor amiga se da paso por el jardín.

—¿Acaso te he cautivado con mi belleza en un lugar así?— La fastidio.

Se cruza de brazos y me observa detenidamente desde el porche.

—Honestamente pareces un Hada encantada, sino fueras mi mejor amiga te besaría en este momento.

Ruedo los ojos riéndome para mis adentros. Me acerco a la entrada para ir directo a mi habitación, paso por su lado y le dedico una sonrisa ladeada.

—Eso no te detuvo hace un tiempo—. Le guiño un ojo al pasar por su lado subiendo las escaleras.

—¡Que estaba borracha joder!—. La escucho suspirar dramáticamente, hace un tiempo en una de las tantas fiestas a las que asistimos, Grace estaba tan borracha que cuando la traje a casa, me confundió con el chico con el que estaba ligando y me robó varios besos, yo honestamente no me opuse y deje que lo hiciera siguiéndole la corriente. Y ahora la jodo con eso cada que puedo.

Me lanzo en mi cama boca arriba y lo primero que pienso es en el Baile de Bienvenida, maldita sea esta gente y sus festividades.

Dorotea entra y se posa a un costado de mi cama luciendo su típico delantal y la sonrisa dulce que siempre me regala cada vez que me mira, cosa que jamás existió en el rostro de mi madre.

—¿Se te ofrece algo? —. Pongo cara de fastidio, esbozando una sonrisa amarga.

—Deje todo listo para la noche de hoy Miss Annabeth.—Sonríe.

Se que está hasta más emocionada que yo por la noche de hoy, es para ella un sueño el que yo asista al baile de bienvenida en el castillo y sea ella quien me vista.

—Si, yo quisiera que fueras tú en lugar de mi. Odio este tipo de misiones.

—Lo se, está es totalmente mi área, quiero su vestido. Hagamos un intercambio de identidades— Lo dice cómo si hubiese dicho la mejor idea del mundo y enseguida borra su risa.

En 7 horas debo comenzar a prepararme para la velada de esta noche pero antes, debo ir con Grace al comando. Ese es el motivo del que esté aquí conmigo hoy, La mandaron a escoltarme.

Hace un mes exacto que deje la sede de Moscú para venir a esta misión y el día de hoy, me citan en la sede de aquí, Francia ¿Que si estoy nerviosa? Estoy que me cago en los pantalones, jamás de lo jamases los niveles no pertenecientes a sus sedes correspondientes deben pisar los terrenos de otros.

Grace y yo somos del mismo nivel, pero el que le digan que me escolte principalmente a ella el día de hoy, para la sede de los de Nivel 7 es sumamente inquietante. No es algo normal, aunque aquí nada lo es. Me alisto para ir al comando, Grace se ve extrañamente tranquila y yo soy todo un manejo de nervios locos. Mi traje negro representativo de un Nivel 6 me queda a la perfección, observo mi silueta en el espejo una vez más y salgo de mi dormitorio.