Hasta en la noche estrellada

CAPITULO X "La mente"

Sabemos que el control del cerebro es algo indescifrable, que el único ser vivo que ha logrado usar un 20% de el es el delfín, un ser humano solo llega a un 13%. Imaginen poder llegar usar más del 50% podríamos llegar a ser como Lucy, ¿se han preguntado cuánta estimulación de tu cuerpo tienes que llegar a tener para que esa otra parte de tu cabeza se encienda?

Algunos dicen que la iglesia intenta tapar a las personas con demonios por dentro diciendo que son enfermedades mentales. Entonces imaginen cuantas personas que escuchan voces y creen que están locos pero ¿cómo podemos estar seguros de eso? Que mi realidad sea distinta a la tuya no significa que esté loca.
Ahora si nos ponemos a pensar, imaginen una persona con trastorno de la personalidad, así como en la película Fragmentados en su cuerpo vivían 24 almas, las cuales tenían y sufrían de diferentes necesidades, ya que el poder de la mente es tan poderoso que creó esas otras conciencias.

Vivimos en una sociedad donde literalmente nadie le interesa saber absolutamente nada de la realidad, mientras más podamos escapar de ella de la forma más fácil lo haremos. No queremos estar conscientes la mayor parte del tiempo. Pero y si les dijera que todo esto es real, que todo lo que vemos en películas, todos esos mundos, universos, incluso lo que está en nuestra imaginación es verdadero ¿lo creerían? Yo si, pero para poder ver con colores este mundo tan gris, debes tener fe, debes creer tanto en ti y en que es real para que puedas despertar.

Hace un tiempo que llevo analizando todas esas cosas, he investigado pero aún no llego a esa parte oscura de mi cabeza. Salgo de mis pensamientos, tratando de concentrarme en mi clase de historia. Recuerdo que cuando era pequeña quería ser tantas cosas y una vez que fui creciendo mis posibilidades se fueron achicando, quería estudiar una carrera del área de la Salud, mi padre se hubiera estrellado el mismo contra un árbol antes de dejarme ir a la facultad de medicina. Esto no quiere decir que no ame mi profesión, me gradúe muy joven, si es que se puede decir así... La verdad no, aveces hasta yo misma me confundo con esto de los niveles. Aunque hubiese amado que en esta misión la carrera que me tocase fuera de la otra facultad, igual no me quejo, así tengo bien en claro que odio las Relaciones internacionales.

Ser un agente de Luz tiene sus ventajas... aveces.

Al sonar el timbre comienzo a tomar mis libros, guardo todo en mi bolso de forma apresurada y tomo mi vaso de café vacío para botarlo. Tengo todo el cabello en la cara porque siempre soy un desastre cuando intento ser "rápida" se supone que Grace me esperaría en el estacionamiento del campus para darme información nueva del cadaver que encontramos en el laberinto del castillo y debo llegar ahora o sino llegaré tarde a la estupida practica del equipo.

Bajo los últimos escalones y debe ser mi vista de halcón la que me hace ver doble escalón y el vértigo no me ayuda así que me termino tropezando, espero el impacto de mi cara contra el suelo, pero no llega, unas manos me sostienen fuerte del brazo y la otra a un costado, veo a la persona que me sostiene y mi cuerpo reacciona de forma automática cuando se aleja de él.

—Hasta que al fin puedo verte en una de mis clases—. Su voz toma un tono suave y en sus ojos puedo ver una chispa de emoción y curiosidad— Deberías tener más cuidado o ver por donde caminas.

Lo último lo dice en un tono más grueso que al comienzo y su sonrisa pícara se borra cuando echa su mirada a la puerta y se va. Volteo a verlo irse y es su hermano quien lo espera. Su rostro como un témpano de hielo y su mirada helada cae en mi y luego en su hermano menor. El último le da una palmada en el hombro al pasar por su lado, ambos se van sin mirar atrás. Idiotas.

Boto el vaso de café y salgo corriendo por el pasillo para llegar al auto donde se supone que debe estar Grace. Me dijo que estaría en una camioneta Súper duty, según ella era el auto ideal para pasar desapercibida ya que es un carro "familiar".