Capítulo 10: La interrupción.

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[Lo revise una vez, así que perdón si hay pequeños errores o inconsistencias, luego las corregiré]



¿Qué se suponía que se hacía luego de esto?

¿Debía dar las gracias y sólo irme?

Mi cabeza ahora no paraba de darle vueltas a lo que acababa de pasar. Me sentía un poco abrumada por la situación. Ya había obtenido mucho más de lo que quería, pero no sabía cómo seguiría esto. No me puse a pensar en el después y ahora era bastante tarde.

Priel tenía algo que lo hacía adictivo y prohibido a la vez. Y tenía tanto miedo que mis acciones lo lastimaran. Pero no podía seguir viviendo mi vida con miedo. Si en un futuro debía hacer algo para protegerlo lo haría, porque mis actos no le causarían daño.

Recordaba perfectamente haber tenido personas en mi pasado, las cuales alejé para proteger cuando veía que comenzaban a acercarse a la verdad. No quería que nadie saliera lastimado y si así tenía que dejar de intentar ser feliz por otros lo haría sin pensármelo dos veces.

La felicidad en mi vida era efímera.

Así que esto que acababa de hacer con Priel era solo eso, un recuerdo más y luego lo alejaría como a todos. Porque así era mi vida. Llena de oscuridad, con momentos efímeros en donde me permití ser libre.

Parpadeo confundida, cuando un carraspeo me trajo a la realidad. Pestañeé repetidas veces sintiéndome un poco tonta e confundida por un momento. Pero luego alzó mi mirada, para encontrarme con la de Priel.

—Ven, te ayudo a bajar—murmuro y sin darme tiempo a contradecirlo me sujeto de ambos lados de la cintura y me bajo con la delicadeza que agarras un garrón demasiado frágil.

Los dedos de su mano acomodaron mis cabello, tomándose su tiempo. Así mismo lo hizo con mi ropa, fijándose que todo estuviera en orden. Cuando por fin termino me escanearme con la mirada observando que todo estuviera en orden, dejo un sutil beso sobre mi frente y a mi un poco aturdida por tal detalle, solo pude reaccionar sonriendo un poco tensa.

—¿Quieres ir a...?—inicia diciendo, pero la pregunta muere en el aire y me comienzo a preguntar que está mal de repente, porque luce más nervioso que yo después de todo.

Puedo notar un ligero temblor de su mano derecha, como si estuviera contenido ¿de tocarme? No, no eso sería raro ¿verdad?
¿Por qué lo pondría nervioso esta situación?

—¿Quiero ir a...?—lo animo a terminar.

Niega con la cabeza, luciendo confundido.

—Nada déjalo, no te quiero presionar.

Está bien, puedes preguntar—lo aliento por segunda vez, porque ya estoy acostumbrada a su falta de tacto, así que no me sorprendería lo que quisiera decirme.

—Me tuteaste—dice llamando mi atención de nuevo y vuelvo a la realidad dándome cuenta que es verdad—. Dos veces—destaca.

¿Dos?¿Pero cuándo fue la...?
Ah..., ya lo recordé olvídenlo.

Si le molesta puedo volver a lo formal.

—¿Después de lo que hice contigo quieres volver a lo formar?—enarca una ceja, como diciendo <<¿Es broma verdad?>>.

Como sea—muevo mi mano restándole importancia—. Le pregunte algo antes y no respondió—indico—, ¿Qué iba a decime?—lo cuestiono de nuevo por la pregunta que dejo en el aire anteriormente.

Hace una mueca dudando.

—Solo quería saber si querías ir a mi casa—indica con prisa—, pero como se que dirás que no...

Oscuro secreto © [sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora