—Adelante pase—dice de manera extrañamente cordial Charli, cuando hace pasar al Director Wyde, que luce tan incomodo como yo al parecer.
No se que hace él aquí, pero no presiento nada bueno. Me pregunto ¿Por qué el director de mi universidad aceptaría una invitación del padre de una de sus estudiantes, así sin más?
No lo entiendo. Nuestra familia no es de las que aportan varios miles de dólares al año, como para que un director se vea en la obligación de hacer este tipo de visitas. Como por ejemplo: "Que luego de dichosas donaciones de miles de dólares, tener que andar besándole los zapatos a los padres, de tales estudiantes".
Tengo tantas preguntas, que en determinado momento pierdo el hilo de mis propios pensamientos. No puedo controlarlos, no cuando no sé a qué me enfrento. En otra época podía hacerlo con una facilidad que asustaba, pero ahora mis pensamientos sólo me consumen cada vez más y dejo que lo hagan, porque estoy en un momento de mi vida en el que todo me importa cada vez menos.
Cuando voy a seguir tanto a Charli como al director Wyde, vuelvo sobre mis propios pasos y miro a mamá, quien pensé que me seguiría, pero no lo hace.
Esta petrificada, como si estuviera en shock.
Esta... ¿temblando?
La tomo de las manos con suavidad, para intentar llamar su atención y sacarle de el estado de shock, en el cual se encuentra. Parece que haya visto un fantasma y es cuando recuerdo que llamo al director por su nombre.
—¿Te encuentras bien mamá?
—¿Por qué Will esta aquí?—musita tan por lo bajo, que apenas la llego a oírlo.
¿Will?
—¿Lo conoces?
Sus ojos van hacía los míos de un segundo a otro y por fin parece reaccionar. Percatándose que está abriendo la boca más de lo que debería hacer. Recobrando así la postura autoritaria que solo sabe usar conmigo, aunque yo no sea la persona correcta con la que deba usarla. Mi madre también podía lastimar, pero de otras maneras. Y aquí va otra, estoy segura.
—Preguntas mucho Dafne—me riñe—. Ya te lo repetí anteriormente, métete en tus propios asuntos—camina hacia el comedor—, que yo me ocupo de los míos.
La observe desaparecer tras la puerta que llevaba hacia el comedor, antes de oírla susurrar esas últimas palabras. El pecho me ardió ante sus palabras, me sentía lastimada una vez más. Ya sabía que ella podía ser cruel conmigo a veces también, no como Charli, pero si hacerme sentir insignificante en algún punto retorcido de todo esto.
Respira...
Respira...
Decidí no seguir mortificándome. Así que solo intenté reprimir lo que sentía y fui hacía el comedor, como lo habían hecho los demás.
Al entrar el ambiente se sentía tenso. O tal vez yo era la que estaba tensa por la situación. Las sorpresas no me gustaban y esta era una. La cual me hacía sentir mucha ansiedad. Aún callada me dirigí al mismo lugar donde me sentaba siempre. En uno de los extremos como siempre se encontraba Charli, del lateral izquierdo mamá, quien ahora no estaba sola, porque a su lado estaba el director. Mientras tanto yo me tome asiento frente a ella, en el lateral derecho, como solía hacer.
—Cambia esa cara Olivia— Charli llamó la atención de mamá—. Y tú también Dafne, es tu director—endureció la mirada, haciéndome saber que me comportara o no me iría bien luego—. Se agradable cariño.
Cariño. Tuve ganas de vomitar, él jamás me llamaba así, porque me despreciaba. Solo en ocasiones, las cuales podía contar con los dedos para ser más exactos. Fue las que él me llamó cariño, frente a personas que no sabían lo retorcido detrás de aquellas palabras.
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Oscuro secreto © [sin editar]
Genç KurguDesde los seis años Dafne aprendió a que es mejor quedarse callada. Aprendió a que los padres no siempre protegen a sus hijas e hijos. Aprendió que muchas veces los padres, son los causantes de sus hijos e hijas sufran. Ella lo sabía muy bien eso. ...