Capítulo 16

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Un estornudo lo despertó de golpe, sus ojos se abrieron como platos y rápidamente se sentó en donde se encontraba acostado, confundido, miró hacia ambos lados hasta encontrar a Gladio en el asiento de enfrente sentado profundamente dormido y a penas protegido del frío en el que se encuentran, a su derecha se encontraba su umbreon completamente dormido y arropado con su manta. Probablemente obra de su entrenador.

El azabache suspira (probablemente por milésima vez en este viaje), de seguro el dormir en esa postura le cobraría caro en la mañana así que con pesadez se levantó de su asiento y caminó hacia umbreon, con toda la lastima del mundo tomó a la criatura en brazos junto con la manta con miedo de despertarlo, no quería colocarlo en la mesa fría así que lo recostó en su asiento aún cálido.

Con temor tomó la cabeza del rubio para acostarlo suavemente en el gran asiento ya desocupado, ya con el rubio acostado a salvo soltó todo en aire que contuvo por el miedo, pero en cuanto lo hizo en rubio empezó a fruncir el ceño con molestia. Gou, asustado abrió sus ojos como platos entrando en pánico.

No sabía que hacer, dio un paso atrás mientras el ceño del chico seguía igual sin señal alguna de que despertaría "quizá sea causa de un sueño" se preguntó, de repente una sombra paso al lado suyo de un salto cayendo al lado de Gladio como si sus pequeñas patas se tratasen de plumas, era umbreon. El azabache de preguntaba si de alguna manera se encontraba molesto por haber movido a su entrenador, pero en cuanto el pokemon aterrizó junto a su entrenador los anillos de su cuerpo brillaron cálidamente lo suficientemente bajo como para no ser una molestia para su entrenador.

Lentamente el pokemon se acostó sobre el pecho se su entrenador y enterró su cabeza en su cuello brindándole su calor, protección y calma logrando que en cuestión de segundos en ceño fruncido de Gladio desapareciese.

Gou suspiro aliviado y con una sonrisa rodeó a ambos con la manta esperando que no atrapasen un resfriado. Le pareció interesante su conexión, al principio creía que el pokemon con el que tenía más conexión era lycanrock, era satisfactorio ver como esos dos formaban un buen equipo al igual que con silvally, pero en cuanto vio como es que siempre era umbreon el que estaba con Gladio se dio cuenta de que su conexión era bastante grande, eran como Satoshi y pikachu por el hecho de que es raro ver a ambos dejar a su pokemon en su pokeball.

Abrió los ojos tan rápido que al ver la luz natural de afuera juraría que se quedó ciego, gimió de dolor por el golpe tan repentino en su estómago, cerró los ojos y los acarició con sus manos intentando calmar el choque de luz. Al acostumbrarse abrió los ojos de nuevo solo para encontrarse con el rostro de umbreon a centímetros del suyo. Sobresaltándose intentó protegerse con su manta lo cual, obviamente, no lo ayudó ganándose un mordisco del pokemon en uno de sus brazos junto con la manta.

Koharu al ver la escena solo decidió burlarse ―Gou, deja de jugar, necesitamos prepararnos ― habló mientras doblaba las mantas de los demás junto con eevee.

― ¡no estoy jugando! ― respondió desesperado agitando su brazo lo que provocó que umbreon mordiera más fuerte ― ¡ay! ― gritó ― ¡Suel-ta-me! ― volvió a gritar agitando su brazo con fuerza mientras umbreon se sostenía con fuerza, esto parecía un entrenamiento de defensa canina.

―y yo que pensaba que tú eres el más gritón― habló Gladio a Satoshi el cual estaba sentado al lado suyo mientras tomaba su taza matutina de café, el niño quien tomaba una vaso de jugo ladeó la cabeza sin entender a lo que se refería.

―me pregunto por qué tanto griterío― habló Lilia sentada frente suya, se inclinó hacia la parte central del vagón para intentar ver lo que pasaba en el asiento del fondo, al echar el ojo se sobresaltó ― ¿¡estás bien!? ― preguntó en pánico alertando a su madre y compañero.

Luz de lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora