Esta es una historia sobre el ship de Gladio y gou, si no te gusta por favor no hay necesidad del hate, pero si sientes curiosidad bienvenido seas y espero que esta historia te atrape.
Los personajes de historia canónica pertenecen a la serie de ani...
Al llegar fue directamente a la ducha para despejar su mente, el solo hecho de recordar aquella vez que jugaba en el mar y la sensación de mariscos en los pies solo le daban escalofríos y ganas de vomitar. Dejó el agua fluir por su cuerpo mientras estas quitaban las impurezas, pensaba en como fue el largo viaje hasta aquí, las grandes olas que no lo dejaban dormir y los gritos inmensos y profundos de los Wailord que a veces solían aparecer.
Aunque si tuviera que elegir un pensamiento o deseo ganador sería el de tirarse entre las finas y voluminosas sabanas para por fin conciliar el sueño correctamente. Salió de la ducha con pijama y el pelo húmedo junto con una toalla en sus hombros, agarro su mochila que estaba en el sofá y sacó una pokeball, de ella salió una Umbreon completamente somnolienta con totales ganas de dormir.
El rubio se secó un poco más el pelo y finalmente se acostó entre las sábanas y frazadas de aquella cama, una bolita pegada a su pie se unió a la comodidad, hasta que por fin conciliaron el sueño.
Después de ese extraño suceso el azabache se dirigió a su hotel encontrándose con Koharu en la entrada.
—por fin vienes, ¿Dónde rayos estabas? —estaba furiosa y con razón, estuvo todo el día en el mar hasta tarde, completamente desconectado de sus aparatos electrónicos—ah...—suspiró— ya que, anda tenemos que descansar—ambos subieron en el ascensor hasta sus respectivos pisos.
Llegando a la habitación se encontró con Satoshi dormido, sonrió levemente dejando sus cosas en el mini sofá y se dirigió al baño para su aseo.
Salió del baño con el pelo mojado y pijama, vio a absol con una bolsa en la boca la cual se la entregó. En ella había comida -quizá cuando fueron a cenar trajeron algo para él y se lo dieron a absol para que se lo entregue-, de igual manera estaba agradecido tomó unos cubiertos y empezó a comer, se devoró la cena en un minuto, ni él sabía que tenía tanta hambre, al parecer el agua y el cansancio tienen sus efectos.
Al terminar arrojó la bolsa a la basura y se arrojó en la cama mientras se arropaba, miro a Satoshi dormir tranquilamente durante unos segundos, luego giro al otro lado para mirar a sus pokemon viendo como absol lo miraba suavemente.
—buenas noches, absol—susurró, la criatura se acomodó en su lugar tranquilamente.
—sool— susurró mientras asentía, respondiendo a su entrenador.
Al día siguiente...
Al levantarse solo había oscuridad, aún no había amanecido. Una descarga de energía envolvió su cuerpo y a causa de eso, ya no podía volver a conciliar el sueño.
Se sentó en la cama bostezando con sus manos acariciando sus ojos, sintió algo moverse en sus pies, era umbreon, se despertó casi al mismo tiempo que el igualmente bostezando mientras se estiraba.
Se levantó en silencio para no despertar a su hermana o a su madre, se puso su antigua sudadera y zapatos, salió de la habitación con calma junto a umbreon mientras se dirigía a la costa.
El viento era fresco, la luna dió su última luz hace un tiempo dando la bienvenida a unos cálidos colores en el cielo, tonos naranjas se mezclaban con los celestes, azules y morados dando la sensación de estar en un hermoso sueño. El viento era cada vez más fuerte moviendo su cabello al son de las olas mientras él admiraba la increíble vista.
Una voz lo sacó de sus pensamientos.
—es hermoso, ¿no? —era una chica de cabello negro, con algunas mechas y ojos celestes, la misma chica de ayer. Él asintió mientras veían el amanecer entre las olas—sabes, según yo no tengo mala memoria— ese comentario lo confundió, no sabía de qué hablaba, muchacha rio—algo me dice que eres el chico de ayer, el que estaba con Gou, ya sabes, el chico de cabello negro y ojos azules—.
El solo lo miro nervioso *así que se llama Gou* pensó—ya veo. Ah, de hecho, no lo conozco. Solo me lo encontré de casualidad—ese comentario la descolocó.
—¿eh?, vaya creo que entendí mal las cosas—soltó una risa nerviosa, gladio solo la miro con confusión—no, nada. Pero si sientes curiosidad el vendrá a verme en el gimnasio más tarde así que...—le guiñó el ojo entusiasmado haciendo que el rubio estalle sus mejillas en rojo.
—que te hace pensar que lo quiero volver a ver—grito rojo como un tomate.
—¿ah no? Es que lo mirabas de una manera tan hermosa, y además ese sonrojo te delata—rio burlonamente tratando de contener las lágrimas de risa.
—¡oye Cathy! —una muchacha grito desde lejos tratando de llamar la atención de su jefa.
—te salvó la campana, bien, me retiro—se estiró los hombros y se dispuso a irse—piensa en lo que te dije—camino hacia su alumna dirigiéndose al gimnasio.
Se quedó procesando la escena durante unos minutos con un ligero tono en las mejillas, umbreon lo miraba sin interés en lo que pasaba mientras raspaba sus uñas contra la pierna de su entrenador y lo llamaba para sacarle de su trance.
Cosa que logró, al darse cuenta de su estado agito la cabeza tratando de dormir sus pensamientos, respiró hondo y empezó a caminar hacia su hotel para poder darse un baño y desayunar tranquilamente.
Al llegar, su madre y hermana estaban completamente preparadas para empezar el día con una sonrisa. Se dio un largo baño tranquilizando sus pensamientos, salió serenamente preparándose para bajar a desayunar, aunque claro, no se libraría de un sermón de su madre por salir tan temprano sin ningún aviso.
