Capítulo 18

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El equipo fue inmediatamente a las extrañas minas, por otra parte, Lusamine y sus hijos se preparan para buscar a Mohn con la ayuda de magearna y zoroark ―Tengan cuidado― Koharu les entrega una bolsa de suministros con preocupación ―No te preocupes, lo tendremos. A demás no creo que esto sea más peligroso que los nidos digamax. Si sucede algo, no dudes en llamar― Koharu asiente.

Gracias a la luz de magearna llegan a un pequeño pueblo en medio de la nieve, era tranquilo, con gente de alta edad hablando con serenidad entre sí y niños jugando con bolas de nieve incluso habían pokemon salvajes jugando con ellos.

Al acercarse más al pueblo los niños se fijaron en ellos y gritaron emocionados "¡forasteros!" mientras corrían hacia ellos llamando la atención de los adultos y ancianos, uno de ellos se acercó a aquellos "forasteros" ―buen día jovencitos, soy el líder de este pequeño pueblo. Díganme ¿qué los trae por aquí? ― los tres devolvieron el saludo al pequeño anciano con una leve referencia.

―Buen día, señor. Venimos desde la región de Alola―respondió Lusamine llamando la atención del líder ―Estamos buscando a mi esposo, el padre de mis hijos. ¿podríamos hacerles algunas peguntas? ― el anciano sonrió ―Claro. Síganme, hablemos con un poco de té.

―Yo y mi esposo somos dueños de una compañía científica que se encarga de estudiar a los pokemon, él... desapareció durante uno de los experimentos― acercó una vieja foto familiar al anciano ―eso fue hace aproximadamente nueve años, desde entonces me empeñé en buscarlo, hasta que llegamos aquí― el jefe continuó observando la foto, luego de unos segundos cerró los ojos. Lusamine empezaba a perder la débil esperanza que tenía.

―En efecto― soltó llamando la atención de Lusamine. Abrió los ojos, mirándola fijamente ―su esposo está aquí― los hermanos abrieron la boca sorprendidos sin poder decir una palabra, su madre estaba en estado de shock y felicidad, su rostro se iluminó y habló rápidamente ― ¿Es-es así? ― preguntó la felicidad invadió su voz ― ¿Dónde-

―pero― interrumpió a Lusamine, la cual intentó mantener la felicidad en su rostro ―lamento decírselo señorita, pero cuando su "esposo" apareció aquí, no poseía ningún tipo de recuerdos de su pasado, solo su nombre, y por lo que sé, sigue siendo así― la rubia seguía si decir una palabra, claramente en estado de shock, abrió la boca en un intento de hablar ― ¿q-que? ― tropezó con las palabras, de un segundo a otro ella cayó de vuelta a la silla analizando la situación.

*era de esperarse* pensó Gladio, *después de todo, si nos hubiera recordado él nos habría buscado ¿verdad? *. Quería pensar que sí, después de todo, su padre era el que le enseñó sobre las batallas, lo enseñó a amar las hojas y el arte, el carboncillo y la témpera manchando sus manos, el otoño e invierno, la caza, el hielo y el lienzo en blanco creado por la nieve en el gran monte Lanakila. A veces se sentía algo celoso de su hermana, su propio padre le había dado un regalo tan significativo, aún cuando el ya no estaba con ellos, se sentía un golpe bajo. ¿Pero por qué se quejaría? Su padre ya le había dado mucho, esto no significaba nada, ¿verdad?, ya no importaba. Solo quiere a ver su padre de vuelta.

―Aún así, si de verdad quieren intentar hablar con él, no soy nadie para impedírselo. No obstante, hay algo de lo que debo informarlos. Mohn vive aquí desde hace nueve años, se llevó bastante bien con las personas de aquí a pesar de sus extraños recuerdos, le dimos una cabaña a un lado del pueblo para que tenga su propio espacio, va cada cierto día a conseguir leña y carne tanto para él como para parte del pueblo. Así fue su rutina durante todos estos años hasta que hace unos meses llegó un extraño pelirrojo al pueblo, también con escases de memoria, se hizo amigo de Mohn rápidamente, él le ofreció acojo y el otro lo aceptó, no sabemos su nombre real así que se lo nombró Jade, a pesar de todos estos meses lidiando con su presencia seguimos pensando que hay algo malo en él, así que tengan cuidado― advirtió. Su mirada era bastante seria, estaba claro que no era una broma.

Luz de lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora