Bajo la mirada de la mafia

MUERTO EL PERRO SE ACABÓ LA RABIA

MUERTO EL PERRO SE ACABÓ LA RABIA

¿Las personas cambian?

Quizá. Pero muchas veces, y aunque ella quiera, si el entorno no cambia, muy dificilmente lo hará la persona. Para algunos la vida es un ciclo tóxico del que no pueden salir.

Madison y Samael se esforzaron al maximo. Lo intentaron. Pero parece que allí por donde pasen les persigue un sin fin de desdichas encadenadas. Lo intentaron. Pero de una forma u otra siempre algo se interpone entre ellos. 

El sonido del disparo resuena por todo el edificio en reformas y sale disparado hacia aquella chica de ojos azules que tanto se estaba esforzando por comenzar una nueva vida. 

La bala vuela por el aire y Samael respira tranquilo. Sin poder evitarlo una pequeña sonrisa se escapa de sus labios. Alguien tiene que salir de ese ciclo de violencia y toxicidad familiar y el piensa ser el primero en dar un paso en esa dirección. 

En cuanto su padre habló con tanto odio de esa mujer sicaria comprendió que algo no iba bien. Que algo estaba tramando. Su padre dice conocerlo a él, pero Samael conoce incluso mejor al capo de la mafia.

No cometería el mismo error dos veces. Aquella misión no olía bien y aquel continuo acoso contra la chica puso a Samael en alerta de inmediato. 

Después de lo que ocurrió en la feria, el hombre no dejaría a Madison salir sin preguntarle antes por sus planes. 

Su padre es un idiota por creerse que no sabría que su chica iría aquella tarde a un centro de reavilitación. Ilusionada, ella le había contado por la noche las expectativas sobre un tratamiento para su hermano. Con ese característico brillo en los ojos y ese movimiento exagerado de sus manos. 

El tiro no la alcanzaría. O al menos eso era lo planeado. 

Oliver observa a su alrededor como el sol ilumina los edificios a su alrededor. Ilusonado tras la primera visita al médico, no puede evitar imaginarse todo lo que le espera en el futuro. EL camino será largo epro al final ha comprendido, viendo ha su hermana y al hombre a su lado, que merece la pena. 

De repente, ese brillo tan característico de los francotiradores reflejado en el edificio de enfrente, le avisan de que algo no va bien. 

- ¡Al suelo! 

Él se abalanza sobre Madison al mismo tiempo que la bala silva contra el viento y, aunque no debería haber sido así, el desvío más que salvarla consigue que el tiro roze el hombro de la chica. 

La cabeza de Madison y el costado derecho de Oliver impactan contra el suelo dejandolos, junto al sonido del disparo, atontados por unos segundos. Una horrible punzada de dolor en la sien hacen a Madison gritar. Aunque nada comparado con ese calor que quema. El impacto carácterístico de una bala, el dolor que se prometió no volver a sentir. 

Samael observa la escena lleno de dolor y, aunque lo que quiere hacer es correr a socorrerla, vuelve a recargar el arma preparandose para el segundo disparo con la característica frialdad de un soldado.

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El mafioso no cabe en su asombro. Ha fallado ¡El maldito diablo ha fallado!

La ira le invade de inmediato al ver su plan fracasar. No puede creerse aún que la niña no esté muerta. La puntería de su hijo es la mejor que ha visto jamás y sin embargo el imbecil decide fallar justo ahora. 

Con un simple gesto llama la atención de tres de sus hombres que le siguen cuando, con zancadas largas, se acerca hacia los dos cuerpos que aún yacen en el suelo.