El omegaverse es una adaptación al mundo, particularmente destacada por su división en castas; que tienen impacto en la dinámica de la población mundial siendo divididos en alfas, betas y omegas.
Desde tiempos pasados los alfas siempre han estado en...
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Un chico de cabellos rubios dormía en casa despues de tanto tiempo, el problema que había tenido con su omega lo hizo alejarse por su propio bien, claro, que en vez de irse a quedar a casa de su hermano o un hotel, fue a parar a la residencia donde menos quería estar, esto por invitación de su madrastra, la cual no rechazaría, en esos ultimos meses que estuvo apoyándolos, se dio cuenta, que era más de lo que él tenía en mente. Niki, en realidad era una mujer muy comprensiva, atenta, cariñosa y amable, al principio se ve pintada como las típicas madrastras de los cuentos de hadas, donde odia a los hijastros, sin embargo, ella no era así, ella no es una madrastra y lo demostró todo el tiempo.
Flash Back...
Años atrás cuando recién había muerto la madre de los Minamoto, un hombre alfa traía a casa a una nueva mujer, no era mujer ni joven ni vieja, tal vez era dos años mayor a su difunta madre, aquella mujer de cabellos azabache, en ese entonces, veía con curiosidad el nuevo lugar, su vista se vio cargada de emoción al ver a tres pequeños infantes rubios, un niño o tal vez, jovencito, de 12 años de edad, tras él estaba un niño de 10 años ocultándose un poco y en la pierna de este, se hallaba una tierna niña de unos 4 años totalmente escondida y solo se mostraba un poco para ver con curiosidad. La mujer no pensó ni dos veces y se lanzó a abrazarlos, al principio los dos más menores se asustaron un poco, pero pronto se acostumbraron, el mayor no se inmuto ante los afectos de la mujer, ya sabia de que se trataba, su padre se los había contado, se había casado y tendrían una nueva "mamá", madrastra de hecho.
Los siguientes días, la mujer se la pasaba hablando con los menores, le gustaba mucho consentirlos, les preparaba sus comidas favoritas, jugaba, les ayudaba con la tarea e incluso los llevaba a la escuela, era una mujer muy dulce y bien portada, pero eso no llenaba el vació que tenía aquel rubio mayor, la perdida de su madre jamás sería compensada, ni con la mujer más dulce del mundo.
Todo el tiempo fue lo mismo, mientras más avanzaban los días, más hacían cercanos sus hermanos a la mujer, a excepción de él, que solo se mantenía a distancia, él la respetaba y trataba como era debido, sin embargo nunca la reconocería como su madre o una madrastra.
A veces el juzgar a las personas y no darles una oportunidad, puede ser un error que más adelante se verá reflejado.
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Era el día más importante para Teru, era el día en que se les daba su "clasificación" a los chicos de su edad, su padre, sabia que Teru sería un alfa, de hecho, no era algo para sorprenderse, pues Teru tenía todas las cualidades de un alfa, sin embargo, eso no va a evitar los nervios que sentía, vamos, en la mente del chico rondaba aquella pregunta "¿Y si no soy alfa?" "¿Qué pensará papá de mi?". La cálida mano de una mujer lo tomaba del hombro, una caricia que no sentía desde la muerte de mamá, ¿Por qué sentía eso?. Miraba con algo de temor la puerta del consultorio, a su lado estaba Niki, aun tomándolo por el hombro, antes de tocar la puerta, la mujer habló de una forma delicada, transmitiendo confianza y amor.
