Hell On Earth

18

- Buenos días dormilón.

- Hola Bruce. - Le di un beso y sonreí.

- ¿Todavía no te arrepientes de lo que sucedió?

- ¿Por qué iba a hacer eso?

- Porque se supone que tú amas a tu novia.

- Ya no estoy tan seguro de eso, la verdad.

- ¿De verdad? - Su mirada se iluminó y eso a mí me hacía muy feliz.

- Por supuesto.

-Pero entonces... ¿qué pasará con Lorraine? No me gustaría que sufriera por mi culpa.

Iba a contestarle, aunque en realidad no sabía qué decir cuando Clive tocó la puerta.

- Bruce, ¿me ayudas a buscar a Steve? Ordenamos pizza y más le vale que vaya a comer antes de que los rubios se terminen todo.

- Eh... Claro Clive, bajo en un segundo.

Clive se fue mientras yo me vestía. - Vamos antes de que todos empiecen a buscarme por toda la casa, y me dejen sin desayuno.

- Steve espera... ¿Hablaremos de esto después?

- Cuenta con ello. - Volví a besarlo y bajamos.

- Clive, ¿haz pensado en usar lentes? Steve estaba en su habitación.

- ¡Pero si yo toqué y no había nadie!

- Tal vez estaba muy dormido, estaba exhausto ayer y a ustedes se les ocurre hacer una fiesta.

- Una disculpa de antemano jefe. - Clive dijo con un montón de sarcasmo justo cuando Adrian iba entrando a la cocina, Bruce y yo nos miramos rápidamente.

- Buenos días... Maldita sea por qué el sol existe, hace que mi cabeza duela más.

- Diablos Ade, te ves terrible, ¿pues qué hiciste ayer?

- No lo recuerdo Dickinson, alguien me invitó una pastilla un poco rara, la combiné con alcohol y no sé cómo terminé en mi habitación esta mañana.

- ¿Entonces no recuerdas nada? - Algo dentro de mí empezaba a tranquilizarse.

- Nada Harris, ahora cállense que me siento horrible.

Bruce y yo suspiramos tranquilos, por lo que los demás nos miraron raro, a petición de Ade desayunamos en silencio, después volvió a dormir.

- Iré a ver a Lorraine, quiero ver como está para pensar en como terminar con ella.

- Steve, ¿de verdad vas a terminar con ella?

- Por ahora no, pero te prometo que lo haré.

- De acuerdo. - Me sonrió y yo partí hacia la casa de mi todavía novia. En el camino lo reafirmaba una y otra vez: estaría con Bruce sin importar nada más.