🆅🅸 Enséñame

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Pasaron dos semanas del suceso en la habitación de Wanyin e incluso aunque A-Zhan quiso dejarlo de lado no pudo. Seguía intrigado y completamente alterado por aquello de lo cual desconocía.

Así que sabiendo que en efecto dos hombres podían relacionarse íntimamente, trató de investigar y librarse de su confusión al respecto. Pero cada vez que buscaba en internet, cientos por no decir miles de los resultados eran sumamente gráficos y nada que a Lan Zhan le pareciera agradable.

Por eso no podía entender como a pesar de sentirse disgustado por lo que encontraba en línea, no podía sacarse la imagen de A-Cheng de la cabeza. Incluso sus sueños se veían afectados por ello, habiendo solo una constante en todos los locos escenarios que se planteaban en su mente, Jiang Cheng.

Fue así que por varios días no pudo sacarse al Jiang de la cabeza, intentó pintar, estudiar o hacer cualquier otra cosa, pero nada parecía funcionar. Y tenerlo en la casa para observarlo cuando tenía la oportunidad no ayudaba a su creciente confusión.

Era difícil verlo y no recordar esa situación, él era demasiado diferente a lo que pudo observar esa noche, su boca evocando una sonrisa era dulce, pero no tanto como cuando su boca estaba rojiza y entreabierta. Su piel no lucía tan llamativa y húmeda con esa ropa que normalmente usaba. En definitiva había observado a Wanyin en su estado más único y bello, que incluso aunque quisiera retratarlo no le haría justicia a su recuerdo, y lo había intentado, tenía muchos bocetos arrugados en su papelera, pero no eran ni de cerca tan exactos.

Wangji incluso había renunciado a que A-Cheng le enseñara defensa personal, sus pensamientos y su cuerpo reaccionaban de una forma muy confusa para él. Obligándolo a mantenerse alejado por temor a que su cuerpo lo dejara en evidencia.

Jiang Cheng y su hermano intentaron convencerlo de que siguiera entrenando, sin embargo ninguno logró un buen resultado y decidieron dejar el tema por la paz.

Lan Zhan estaba seguro que con el tiempo sus ideas y cuerpo se aplacarían, pero cuando Wanyin decidió acercarse a él vestido en unos cortos shorts deportivos y una gran sudadera. Su sentido común y vergüenza poco a poco fue desvaneciéndose.

—A-Zhan tu cumpleaños es la semana que viene ¿Puedo organizar una comida para ti?

A pesar de que Wangji estaba debatiéndose mentalmente cómo sacar el tema que lo tenía ansioso, todavía estaba lo suficientemente concentrado como para negarse a su intento de traer extraños a su casa.

—No...

—¡Vamos! Solo serán pocas personas, los amigos de tu hermano, A-Sang y Wei Ying. Es el primer cumpleaños que paso con ustedes, déjame organizarlo y a cambio te daré el regalo que quieras.

Wangji frunció el ceño y consideró sus palabras.

—¿Entonces si digo que no, no me darás un regalo?

A-Cheng entreabrió la boca con sorpresa y sin realmente saber que decir, después de todo solo había dicho eso para intentar convencerlo.

—Pff, te daré un regalo Wangji...—murmuró resignado—pero si me dejas hacer una reunión...yo...mnh...te lo compensare.

En realidad no tenía idea de que podría decirle para incitarlo a convivir con más personas, aun así quería ganarle la apuesta a su novio. Quien no paraba de decirle que A-Zhan no aceptaría por nada del mundo invitar a otras personas a celebrar su cumpleaños. Aunque Wanyin para ese momento entendía que sería difícil hacer que su cuñado cambiara de opinión.

Estuvo a punto de darse por vencido y retirarse de ahí, cuando Lan Zhan preguntó.

— ¿Si te dejo hacer eso harías algo por mí?

𝑼𝒏 𝒊𝒎𝒑𝒓𝒆𝒗𝒊𝒔𝒕𝒐 𝒕𝒖́ 💐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora